Trump ha firmado dos órdenes ejecutivas que vuelven a poner en riesgo el Ártico. ¿Y qué significa esto? Que se abre de nuevo la posibilidad de abrir pozos en alta mar para la extracción de gas y petróleo, con el devastador impacto que eso tendría para las personas, la fauna y el clima del Ártico.
(Fuente Greenpeace en http://www.greenpeace.org/espana/es/Blog/trump-quiere-abrir-el-rtico-a-las-petroleras/blog/59345/)
Ya no importa si un asteroíde del Día del Juício Final se acerca a la Tierra, el que su impacto vaya a provocar un invierno nuclear y matar con su devastadora potencia de millones de bombas termonucleares a millones de seres será un terrible handicap para las especies que aún sobrevivan en el planeta antaño azul, puede que cucarachas, algunos insectos y pequeños mamíferos como las ratas. Porque en el año 2017, hace diez años, un psicópata que por aquel entonces dirigía los destinos de la nación más poderosa del mundo, dió la orden de acabar con las espectativas de cuantos hombres y mujeres buenas quedaban aún en este minúsculo oasis del Universo profundo. Este supino ignorante engreído hasta más no poder, ordenó a su ejército, el más poderoso del planeta invadir las tierras vírgenes y aún heladas del continente blanco. A las empresas de extración de minerales, de gas y de petróleo las autorizó a expandirse por todas aquellas tierras que protegiesen sus navios y aviones de guerra.
En menos de un año los derrames devastadores de combustibles debido a los previsibles impactos de los barcos petroleros y gasistas contra la millarda de icebergs que flotaban a lo largo de las nuevas e inseguras rutas subpolares, hicieron que los desastres medioambientales acabaran con más del cincuenta por ciento de la vida animal, que ya había descendido drásticamente al desaparecer su helado habitát por culpa del calentamiento global. Un año después, ya en el 2019 el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) dió por extinguidos varios tipos de zooplactón del ártico debido sobre todo a los vertidos. Avisando a la vez de la desaparición de grandes masas de krill en el antártico por culpa, esta vez, del calentamiento global. Y con la desaparición de estos minúsculos seres se desató una debacle en cadena de especies animales sin parangón.
Hay que aclarar que en el antártico no se dió la invasión militar e industrial del ártico debido a que los países fronterizos con el continente helado del sur planetario no eran los codiciosos gigantes ruso, norteamericano y algunos de la Europa rica.
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