martes, 29 de enero de 2019

In reciclando.



Las fuentes y el porqué del reciclar los residuos.

Los impuestos sobre el vertido son clave para la implementación de dos principios básicos en gestión de residuos: el principio “quien contamina paga” y la jerarquía de residuos. El principio “quien contamina paga”, formulado por la OCDE en 1972, e incluido en los principales documentos vertebradores de la política de residuos a nivel europeo y estatal, determina que los responsables de la contaminación deben hacerse cargo de sus costes. El mercado no es capaz de generar precios para el vertido que integren los costes sociales y ambientales, por lo que la aplicación de un impuesto contribuye a la internalización de dichos costes. Por otro lado, la jerarquía de residuos indica el siguiente orden de prioridades de gestión: “prevención; preparación para la reutilización; reciclado; otros tipos de valorización (por ejemplo, la valorización energética) y eliminación”. Un impuesto que eleve los costes totales del vertido contribuye a corregir el coste relativo del vertido (generalmente la opción más barata) con respecto al del resto de opciones y por tanto a promover las opciones prioritarias en la jerarquía de residuos.
(Fuente LIR Laboratorio de Ideas sobre Residuos en http://www.laboratorioderesiduos.es/impuesto-al-vertido-de-residuos-en-espana-un-paso-necesario-para-cumplir-con-la-normativa-europea-de-reciclaje-en-2020/)

Como vemos en las líneas anteriores se intuye que el residuo, provenga de donde provenga, debe ser objeto de imposición a fin de sufragar el coste de su eliminación o de su reciclaje. También nos trasladan la idea de que será el contaminador aquel sobre el que recaíga este coste. Pero sobre todo se da la acertada opinión de la "jerarquización de los residuos", poniendo en primer lugar su "prevención" que no es más que fomentar la durabilidad de los productos, así una berenjena o una patata tiene una vida útil breve que acaba con su putrefacción o su digestión y posterior evacuación vía rectal produciendo residuos orgánicos, lo cual es inevitable, pero la vida útil de electrodomésticos, plásticos, prendas de vestir (para la inmensa mayoría de la población no subyugada a los imperativos de la moda) y calzado, bombillas (con el permiso del lobbie del ramo), neumáticos (si dispusieramos de carreteras menos abrasivas), material escolar sobre todo libros de texto (reutilizables entre hermanos y de segunda mano), y una infinidad de productos a los que habría que exigir una mayor durabilidad, a la vez que habría que concienciar a la población de un necesario autocontrol.

La Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental afirma que el vertido (controlado) continúa siendo la primera opción para eliminar residuos urbanos en España. Según sus datos, el 53,29% de los residuos urbanos generados en el año 2003 tuvieron este destino. El compostaje acaparó el 28,14% del total de los residuos urbanos generados (hoy en día 2017, he leído por ahí que se alcanza el 33%), la recogida selectiva el 8,42% y la incineración ( valorización energética ) el 6,20%. En vertederos incontrolados terminaron 836.443 toneladas de residuos urbanos (el 3,90% del total generado). Esta situación, aparentemente aceptable, se desmorona cuando analizamos la eficiencia del actual modelo de gestión, es decir, dónde acaban realmente los residuos.
Sobre el rendimiento de las plantas de compostaje, el Ministerio de Medio Ambiente reconoce que de la materia orgánica que entra en las 65 plantas de compostaje analizadas se rechaza el 89,02%. Es decir, que la cantidad de productos valorizados (compost y subproductos recuperados) del total de residuos tratados es rídicula, de un 10,98%.
(Fuente Revista Ambientum en http://www.ambientum.com/revistanueva/2006-11/suelosyresiduos/tratamientoresiduos.asp)

Plásticos

En los últimos tres años, tres recicladores de plástico han cerrado sus puertas por la falta de viabilidad: Artenius Green (Barcelona), Reciclados de PET (Andalucía) e Imparpet (Navarra). También otras tres empresas de reciclaje han dejado de tratar plástico y se han dedicado a otros materiales: Riverpet, Segaria y Rolplas. Las seis tenían una capacidad de procesamiento de 65.000 toneladas de plástico al año.
Seis empresas recicladoras de plástico han tenido que cerrar o abandonar el negocio del procesamiento de este material por la baja rentabilidad. Procesar la basura que se recupera en los contenedores amarillos y en los de los restos supone una tarea cada vez más cara y complicada con el actual sistema de gestión, según denuncia un grupo de recicladores.
El modelo de recogida en España, coordinado por Ecoembes, una entidad que representa a toda la cadena de producción y recuperación de residuos, se ha convertido en un esquema ineficiente e injusto para algunos operadores, según han explicado a este diario recicladores que han solicitado mantener sus nombres en el anonimato.
Cierres y abandonos
En los últimos tres años, tres recicladores de plástico han cerrado sus puertas por la falta de viabilidad: Artenius Green (Barcelona), Reciclados de PET (Andalucía) e Imparpet (Navarra). También otras tres empresas de reciclaje han dejado de tratar plástico y se han dedicado a otros materiales: Riverpet, Segaria y Rolplas. Las seis tenían una capacidad de procesamiento de 65.000 toneladas de plástico al año.
Los recicladores se quejan de que España es uno de los pocos países en Europa que no separan el plástico blanco (más valioso) del de colores. El hecho no es trivial: si un reciclador obtiene una gran cantidad de plástico de color, es posible tener pérdidas con el proceso, aseguran. En cambio, si recibe plástico blanco, obtendrá mayores rendimientos.
Además, aseguran que el sistema de adjudicación de paquetes de basuras (balas, en términos de la industria) es opaco y sólo termina por beneficiar a los envasadores y a los defensores del actual sistema: Ecoembes.
Cada envase que se produce paga un impuesto para su tratamiento después del consumo. Es el llamado "punto verde" que, a fin de cuentas, costean los consumidores. Esta especie de tasa es gestionada por Ecoembes. A través de plantas de separación de residuos, la entidad reúne los plásticos y el cartón recogidos en los contenedores y finalmente los vende a recicladoras privadas. Son estas plantas las que deben comprar los residuos cuya gestión ya había sido pagada por los consumidores. 
Pero los empresarios recicladores disconformes con el actual sistema aseguran que el plástico que compran viene mezclado con otro tipo de residuos completamente inútiles para el reciclado. "Casi la mitad de lo que me llega, tengo que devolverlo al vertedero porque no me sirve para nada. Me puede llegar un pedazo de pollo o un trozo de juguete entre el material", explica un empresario reciclador. "Es una aberración, en términos de sostenibilidad, que los recicladores tengamos que devolver material al vertedero. El coste del transporte de residuos es sumamente elevado y nos repercute negativamente en la operativa. Nos hemos quejado pero no tenemos otra opción que seguir comprándoles residuos porque son un monopolio en España", explica un empresario. 
Ecoembes niega que entregue plásticos de mala calidad a las plantas de reciclado. El consorcio explica que la mayoría están satisfechos con el material y con el actual sistema que, según sus cifras, recicla el 70% de los envases producidos en España.
(Fuente ED Economía Digital en http://www.economiadigital.es/directivos-y-empresas/seis-empresas-abandonan-el-reciclado-de-plastico-en-dos-anos-por-baja-rentabilidad_168937_102.html)

Sin duda alguna la estrella de la contaminación no se deja tratar convenientemente, entre otras cuestiones (como ya he apuntado en otro artículo) debido a la opacidad de las fórmulas con que se fabrica este contaminante producto y que de hecho impide su reciclado. Pero ese no es el mayor de los problemas y si el que miles de millones de toneladas de agentes tóxicos y altamente contaminantes sean procesados para su destrucción mediante la quema y la dispersión de sus dañinos elementos en el aire que respiramos, cayendo sobre las tierras donde labramos y vivimos e inundando las aguas que bebemos y donde viven los peces que devoramos. Eso sin contar con los millones de toneladas que cada poco tiempo arrojamos al mar, suponiendo un problema de enorme magnitud tal como que en menos de dos décadas habrá en nuestros mares y océanos más plásticos que peces, así que cuando dentro de poco tengas en tu mesa para elegir entre solomillo de pvc o tiras rebozadas de disfenoles no te lo tomes a mal, relájate y añádele un chorrito a lo loco de engrudo de neumáticos que la sarna con gusto no pica y sabe rica, rica.

En 2011 la UE exportó  3.4 millones de toneladas de basura de plástico, sobre todo a China, para ser incinerada aprovechando que las normativas ambientales son más laxas, o para que sea convertida en objetos no reciclables (downcycling), todo ello en condiciones ambientales y de salubridad deplorables.  Canadá, EEUU y otros países ricos también exportan sus desechos plásticos a Asia.
En algunos de los países con mayores tasas de “reciclaje” del mundo, Como Alemania, más del 50% del plástico que se recupera es quemado directamente en incineradoras, con un terrible impacto  en la salud de las personas y en el medio ambiente.
Mirando todo esto, poner plástico en contenedores especiales no debería llamarse “reciclar”.  Estamos más bien ante un negocio opaco y engañoso, diseñado para que nos quedemos con la conciencia tranquila y sigamos enganchados a los plásticos de usar y tirar, los cuales permiten beneficios millonarios a unos pocos, a costa de la salud y del medio ambiente de todos. (Fuente El Plástico Mata en http://elplasticomata.com/el-espejismo-del-reciclaje/)

Neumáticos

Puede que a muchos no os suenen los nombres de SIGNUS Ecovalor o TNU como tal, pero si hablamos de Sistema de Gestión de Neumáticos Usados el tema ya va tomando forma. SIGNUS (nos centraremos en ella por ser la de mayor relevancia) es una entidad sin ánimo de lucro que nació en mayo de 2005 a iniciativa de los principales fabricantes de neumáticos, con la finalidad de poder ser utilizada como mecanismo con el que todos los fabricantes e importadores (productores) que lo deseen puedan cumplir las obligaciones que les impone el Real Decreto 1619/2005 sobre la gestión de neumáticos fuera de uso.

En España se prohíbe en 2006, por ley, llevar a vertederos neumáticos fuera de uso (NFU), pretendiendo dicha ley solucionar los problemas ambientales de primer orden en torno a este material.

Básicamente, dicho Decreto establece que los productores de neumáticos tienen la obligación de elaborar y presentar un plan empresarial de prevención de neumáticos fuera de uso para minimizar las afecciones al medio ambiente, así como que éste pueda ser elaborado a través del sistema integrado de gestión. Uno de lo mecanismos que establece este Real Decreto para cumplir con estas obligaciones es mediante la participación en un sistema integrado de gestión como puedan ser SIGNUS o TNU.

Su reciclado

Los productos resultantes se utilizan posteriormente como materia prima en una amplia variedad de aplicaciones industriales así como combustible alternativo en cementeras. Por ejemplo, para el relleno de césped artificial, en el suelo de parques infantiles, suelas de calzados, construcción de taludes o combustibles de sustitución.

Cada productor de neumáticos puede llevar a cabo todo el proceso y cumplir con la legislación vigente por su propia cuenta, pero claro, la cantidad de recursos propios que va a consumir no es la misma que perteneciendo a un sistema integrado de gestión que se encargue de todo. Y es en este punto donde llega la mejor parte para los consumidores: ¿Cómo se financia el sistema? Pues efectivamente, con la famosa Ecotasa que todos pagamos al comprar un neumático.

Impuestos sobre neumáticos para su reciclado

motos 0'80 euros
autos 1'33 euros
camionetas, 4x4 y SUV 2'32 euros
camiones 11'15 euros
(Fuente Autonoción en https://www.autonocion.com/ecotasa-y-reciclado-de-neumaticos-nos-obligan-a-pagar-pero-siguen-ocurriendo-desastres-medioambientales/)

Pero ahora vas y lo cascas, hace un año el 13 de mayo de 2016, fueron quemadas por la mano de un psicópata asesino 100.000 toneladas de neumáticos, que las diversas administraciones, Gobierno Central, Gobierno Autonómico (ambos del PP y antes en su inicio del PSOE), Juzgados varios y Ayuntamiento de Seseña, dejaron en situación de riesgo durante años a la espera de la mano criminal portadora de la gasolina y del mechero, una montaña de desechos peligrosos para la salud cuyas tóxicas emisiones seguirán produciendo consecuencias  en la salud de miles de personas que jamás sabrán que su cáncer, su enfisema o su enfermedad pulmonar proviene de tamaña dejación y brutal crimen, por el que la única persona detenida ya ha sido puesta en libertad al carecerse de pruebas incriminatorias, aunque los culpables no va a ser ya solo el incendiario sino, a mi parecer los responsables gubernamentales que no ordenaron la retirada del polvorín y por supuestos todos aquellos que debiendo no actuaron.

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