Duelo en la Puerta del Sol.
Siempre bien peinado y correctamente trajeado, fue el encargado de cargarse la sanidad pública en la Comunidad de Madrid, le apodaban el Lasquetty (nadie sabía muy bien porqué); su mirada de doble rasero (a veces de oso primoroso, a veces de mata viejas) no hacía presagiar nada bueno.
Lentamente, como a cuenta gotas, pasaban las horas; el sol cada vez más entrecubierto por oscuros nubarrones, ponía al final de la tarde unos tonos rojizos como a fuego. El cielo de la villa y corte se iba apagando como se apagaban las vidas de aquellos miserables que acudían a las casas de la misericordía (antes hospitales públicos de la comunidad). En las calles y plazas se encendían algunas luces del, ya escaso, alumbrado público.
Fué en ese momento, si justo en el momento en que están a punto de encontrarse el día con la noche, cuando unas gotas de sudor, que subrepticiamente habían aparecido por debajo de mi gorro, comenzaron a rodar por mi palpitante sien. Estaba claro que esta vez el encargo era diferente; las sirenas de los coches de la policía no habían sonado en toda la tarde. Que raro, aunque bien pensado no era tan raro.
El tal Lasquetty, tipo sin escrupulos donde los haya, primero se encargó de liquidar el sistema sanitario, luego fueron los servicios de emergencia. No sé pero según algunos también se encargo de finiquitar todo lo que oliera a servicio social, era un implacable liquidador que, con su media sonrisa de encantador de serpientes, cortaba el aire que se atrevía a moverse a su alrededor.
Me aparte con una mano las gotas de sudor que ya llegaban a poblar mis mejillas, rezé una oración que aún recordaba de mi infancia, y me puse a esperar lo inevitable. Ahora me tocaba a mí, los demás servicios públicos hacía tiempo que solo existían en el recuerdo. Ahora nos tocaba a los policías, y lamentablemente, ahora nadie vendría a apoyarnos.
Yo propongo:
Algo muy sencillo: un nuevo Gobierno y legítimo dictará a la Fiscalía General del Estado para que actúe contra todos los que habiendo tenido la obligación constitucional de desarrollar y mantener los servicios sanitarios y sociales de las diferentes comunidades, hayan desplegado normativas o hayan realizado actos administrativos para socabarlos o directamente eliminarlos.
Nuestra Constitución en su artículo 10.2, dice:
Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.
La Declaración Universal de Derechos Humanos recoge en sus:
Artículo 25.
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.
Artículo 26.
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.
No queda nada más que aportar. Quedamos a la espera de las elecciones y de las acusaciones públicas por el desmantelamiento de los derechos constitucionales de los españoles.
Y esto lo escribí hace más de cinco años...
https://www.eldiario.es/retrones/Cospedal-ministra-Defensa-protegio-dependientes_6_577152293.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario