sábado, 26 de enero de 2019

Deúda pública, impuestos y otras mamandurrias.



Cómo me gusta la Esperanza Aguirre, eso sí en el paro.
Comentarios aparte quisiera expresar mi pasmo por las cuentas del Reíno de España, no por las de la Casa Real que también, sino por las de la Nación en su conjunto, así como el pasmo que me producen los gobernantes cuando con total tranquilidad y cierta alegría proclaman un día si y otro también que España a colocado miles de millones de euros en deúda a tal o cual plazo y a tales o cuales intereses. Cualquiera diría que nos cuentan un éxito de las finanzas del país, cuando es todo, todo y todo lo contrario, nos están detallando el fracaso más rotundo de las políticas económicas de una élite que ha malgastado el erario público y que por si mismo se encuentra expoliado, derrotado y cautivo por los mercados de capitales, y a expensas de organismos reguladores opacos y trufados de corrupción e intereses espurios. Pura canalla vamos.
Está claro que a éstos que nos gobiernan no les enseñaron en su infancia, que es cuando hay que aprender las cosas importantes de la vida, la diferencia entre pedir y tener. Si un padre atento les hubiera dado un buen bofetón cuando abrieron su linda boquita para pedir algo que estaba por encima de sus posibilidades otro gallo nos cantaría, y seguramente el gallo estaría en nuestro corral y no en el del vecino.
Causas del desastre económico:
a) Gastos supérfluos, onerosos, publicitarios y de agasajo.
Este tipo de gastos suman decenas, cientos o miles de millones de euros cada año que deberían ser rebajados a cero. El que quiera ser tratado como millonario siendo un cargo público debería dedicarse a una actividad privada, jugar a la loteria o marcharse a Sierra Morena que es donde se iban los bandoleros tiempo atrás.
Además este tipo de gastos generan en el mercado de estos productos una elevación artificiosa del precio de ellos, ya que al existir un gigantesco cliente con un poder ilimitado de dineros para su adquisición hace que la demanda sea superior a la oferta o que esté desvirtuada, impidiendo a otros operadores privados obtenerlos a un precio más ajustado.
b) Inversiones desastrosas, inútiles o mal planificadas.
Otro enorme caudal de derroches, estoy hablando de dinero directamente tirado a las aguas infectadas de tiburones.
Palacios de congresos que se usan un vez al año, carreteras de última generación para cuatro vehículos mal contados, redes de vías de alta velocidad infrautilizadas con dejación de las redes convencionales y de cercanías, puertos y aeropuertos en localizaciones imposibles para el auto ego de impresentables representantes políticos, y un largo, largo, larguísimo etcétera.
c) Destrucción y abandono del tejido industrial, del sector agrícola y ganadero, y por supuesto del potencial turístico y cultural.
Nuestro tejido industrial ha sido reducido de forma continuada a fin de dejarnos como potencia del sector servicios o sector terciario, que es el sector económico que engloba las actividades relacionadas con los servicios materiales no productores de bienes. Empezó a principios del siglo XIV. No compran bienes materiales de forma directa, sino servicios que se ofrecen para satisfacer las necesidades de la población.
Incluye subsectores como comercio, transportes, comunicaciones, centro de llamadas, finanzas, turismo, hostelería, ocio, cultura, espectáculos, la administración pública y los denominados servicios públicos, los presta el Estado o la iniciativa privada (sanidad, educación, atención a la dependencia), entre otros (algunos datos de la Wikipedia).
Despreciando el sector primario como veremos más adelante con la agricultura; y por supuesto inutilizando cualquier alternativa para que renazca el sector secundario que incluye entre otros la generación de energía, por ejemplo, como se está viendo en estos días nuestro discapacitado gobierno trata de impedir años ha la posibilidad de ser primera potencia mundial en generación de energías limpias, con lo que ello conllevaría para el país en materia de ahorro en las importaciones de crudo y de ahorro en políticas de salud de nuestros conciudadanos al bajar drásticamente la polución atmosférica y medioambiental.
El sector agrícola y ganadero o sector primario está formado por las actividades económicas relacionadas con la transformación de los recursos naturales en productos primarios no elaborados. Las principales actividades del sector primario son la agricultura, la ganadería, la silvicultura, la apicultura, la acuicultura, la caza, la pesca, explotación forestal y la minería. Usualmente, los productos primarios son utilizados como materia prima en las producciones industriales (algunos datos de la Wikipedia).
Y aunque parezca mentira, el potencial verde de nuestro país está siendo desmantelado dejando enormes extensiones en el abandono o como zonas de expansión de ciudades con segundas residencias que cada verano son devastadas por los fuegos no prevenidos. El desastre económico que provoca todos los años estos incendios no solo afecta a los españoles, sino que también expulsa a miles de turistas con segundas residencias en nuestro país y que afectan al potencial turístico y cultural de nuestros pueblos, campos y montes.
Políticas de no conservación de nuestro potencial turístico y cultural, que llevan a degradar zonas turísticas de gran valor convirtiéndolas en auténticas barrabasadas, en las que las borracheras y el salvajismo campan a sus anchas compartiendo espacio con la prostitución y los hiperburdeles, el asalto al turista y el mercado de drogas.
De nuevo ahuyentando a los turistas y dejando que nuestras poblaciones sucumban ante la degradación de cosas y personas. Dejamos que las pocas gallinas de los huevos de oro que poseemos se las lleve el vecino para que sean aprovechadas por el gallo que ya no nos canta y que busca reproducirse en tierras extranjeras, para gozo y provecho de su nuevo amo. Y a nosotros se nos queda cara de pavo en vísperas de Navidad.
d) Pero sobre todo lo que hace un daño brutal a la economía es sin duda el fraude fiscal, que hace que exista un mercado que actúa con una competencia desleal y criminal que aboca al cierre a quienes si que pagan sus impuestos.
Yo ya he hablado mucho de este tema y mi solución sigue siendo la misma: implantación del monedero electrónico y desaparición de los billetes y monedas.

© Antonio Salvador Manchón Alonso. San Fulgencio (Alicante) 2015.
Todos los derechos reservados.
Esto es un fragmento del ensayo político "Estado Privado".

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