viernes, 8 de mayo de 2020

Hawking que estás en los cielos.

Obra empezada a escribir el día 23 de marzo de 2018, en el Parque del Duero 54 de la urbanización Marina, en la ciudad de San Fulgencio de la provincia de Alicante, por Antonio Salvador Manchón Alonso.

Preámbulo.

Stephen William Hawking; nacido en Oxford el 8 de enero de 1942, fallecido en Cambridge el 14 de marzo de 2018​, fue un físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico. Sus trabajos más importantes consistieron en aportar, junto con Roger Penrose, teoremas respecto a las singularidades espaciotemporales en el marco de la relatividad general y la predicción teórica de que los agujeros negros emitirían radiación, lo que se conoce hoy en día como radiación de Hawking (o a veces radiación Bekenstein-Hawking). Uno de los principales características de su personalidad fue su contribución al debate científico, a veces apostando públicamente con otros científicos, el caso más conocido es su participación en la discusión sobre la conservación de la información en los agujeros negros.

Así empieza la Wikipedia la información que ofrece sobre la figura del insigne científico, pero el que haya puesto su nombre a mi obra se debe sobre todo a las afirmaciones que hizo en una de sus últimas apariciones:

"La agresividad es el mayor defecto de la raza humana, y el que un día acabará con ella. La única salvación de la Humanidad es colonizar el espacio." Con estas apostillas el célebre astrofísico Stephen Hawking vuelve a defender su visión del mundo futuro.

“A lo mejor, en los días del hombre de las cavernas la agresividad tenía una ventaja de supervivencia: permitía obtener más comida, más territorio o una pareja con la que reproducirse. Pero hoy en día amenaza con destruirnos a todos”, opinó Hawking, según recoge el diario británico The Independent.

Desde su punto de vista, que está promoviendo desde hace décadas, la única oportunidad que tiene la humanidad de sobrevivir es colonizar el espacio. “Enviar a seres humanos a la Luna cambió el futuro de nuestra raza de una forma que todavía no entendemos. No ha resuelto ningún problema inmediato en la Tierra, pero sí nos ha dado perspectivas nuevas de su solución y causó que mirásemos tanto hacia afuera como hacia adentro”, insistió el físico.

“Creo que el futuro a largo plazo de la raza humana debe ser el espacio. Representa un importante seguro de vida para nuestra supervivencia futura, ya que podría evitar la desaparición de la humanidad mediante la colonización de otros planetas”, aseguró.

(Textos tomados en parte de RT en: http://actualidad.rt.com/ciencias/167041-hawking-colonizacion-cosmos-seguro-vida 
y de Cuba Debate en: http://www.cubadebate.cu/noticias/2015/02/21/hawking-la-unica-salvacion-de-la-humanidad-es-colonizar-el-espacio/#.WrVQ9_wuk1I).

Es curioso que coincida con Hawking en una idea que hace mucho llena mi mente, y digo curioso porque yo no soy científico aunque indago sobre mi entorno, también porque tener parte de mente en la misma onda que el científico es un agradable sentimiento y, sobre todo, porque al final va a resultar que yo tenía razón sobre que no tenemos otra que la conquista de nuevos sistemas solares donde asentar nuestra especie.

Según muchos científicos al Universo aún le queda una barbaridad de tiempo de existencia antes de que se convierta en un inmenso páramo frío de inconmesurables distancias entre galaxias heladas y soles moribundos o muertos. En ese momento la vida que conocemos y la que jamás sabremos de su existencia fenecerá en una trágica e inevitable comprensión, justo todo lo contrario al Big Bang, y luego la nada absoluta a la espera, a lo mejor de otro comienzo, en otra dimensión espacio temporal.

Pero para que llegue ese día, que no será un día en el sentido humano de las cosas, ese instante cósmico habrá de pasar mucha Historia, habrá de pasar mucho tiempo. Y ese tiempo podremos pasarlo sin pasar como especie como intento evolutivo a fuer de certificar nuestra propia extinción o podremos seguir observando las pautas de la dimensión espacio temporal en la que se nos permitió, por el azar de las cosas cósmicas, aparecer y desarrollar una inteligencia aún por demostrar, y hacer de nuestra especie una bendición universal para la conservación de los seres que viven en los incontables hábitas y bíocosmos del vastísimo plantío de galaxias. La decisión se haya dentro de las neuronas que pueblan cada una de nuestras mentes, creadas para almacenar el conocimiento y para reescribir lo no escrito. Yo bajo mi humilde lupa, trataré de alumbrar los caminos a menudo oscuros de nuestras ideaciones, elucubraré sobre el porqué de las cosas tal y como están establecidas, aportaré datos y lanzaré mis apuestas al viento del desierto, las depositaré allí entre los alacranes que corren por las dunas de nuestra esterilidad, donde trataré de plantar las semillas de las palmeras que pueblen el oasis de los que creen en un futuro posible sin hambrunas, sin guerras, sin violaciones y sin pobres de las necesidades básicas y de las intelectuales. Un futuro de manos tendidas y sin macarras que dirigen poderosos ejércitos, sin faunos tarados que maltratan y explotan la infancia, sin traficantes de dolor, sin casinos anunciados por las estrellas del deporte donde siempre gana la casa y pierden las familias, sin corruptos inútiles a los mandos de los gobiernos del mundo, sin más lenguas nacionales y con menos fronteras y banderas. Fuímos embriones creados por el polvo de las estrellas, en un laboratorio cósmico de miles de millones de años nos convertimos en la especie arrogante que ahora trata de destruir esta bella bola azul que surca el universo bajo la estela de nuestra Galaxia, pero nuestro destino está más allá de la Nube de Oort, nuestro destino está, sin duda alguna, por escribir.

Hawking que estás en los cielos.

De las cosas celestiales, 1ª parte.

Desde que nuestros antepasados más remotos, pero ya con dos dedos de frente, pasaban los días subidos en las ramas de los árboles para protegerse de las fieras que no los podían trepar, mantenían vigías que escudriñaban los cielos para avisar de la presencia de las águilas arpías, al igual que siguen haciendo hoy en día variadas familias de simios, de cuando en cuando los vigilantes caían en el sopor y seguramente soñaban con las blancas nubes y con ese increíble azul turquesa de los fondos etéreos, y que de entre ellas salían hombres iguales a ellos pero con enormes alas como las de las temidas águilas sádicas que robaban sus descendencias para devorarlas.

Con el tiempo, después de abandonar las peligrosas ramas y comprender nuestra propia fragilidad en medio de las bastas sabanas o de las escarpadas montañas, donde infinidad de bestias hacían presa de nuestros cuerpos como fijas víctimas propiciatorias, comprendimos que no bastaban los rediles de ramas que nuestros asesinos de cuatro patas asaltaban en las noches oscuras, a pesar de las primeras hogueras que ya nos acompañaban, llevando entre sus grandes colmillos los cadáveres aún palpitantes de nuestros compañeros de viaje, de nuestros hermanos, esposa o hijos. Por eso decidimos por casualidad o por imitación a los osos, ocupar las cavernas que hallásemos en nuestro deambular en busca de comida y de cualesquiera recursos. Con la ocupación de las cavernas, vacías o vaciadas, además de imprimir en nuestros genes el acto de la usurpación u ocupación de una estancia usada por otro ser, obtuvimos una rápida elevación en el escalafón del mundo animal del que empezábamos a distanciarnos, pasando de ser presas a convertirnos en depredadores.

En seguida instalamos en la boca de la cueva nuestra hoguera a modo de muralla de fuego contra las visitas inesperadas aportandonos a demás de la necesaria seguridad el calor del hogar que desde esos primeros estadios de nuestra Historia empezamos a apreciar en su justa medida. Y con las primeras llamas del fuego protector llegaron las primeras sombras y reflejos que junto a las mareantes emanaciones gaseosas de las diferentes plantas que allí se quemaban hicieron aparecer entre los nuestros a los primeros iluminados, a los primeros druídas, magos, sacerdotes o simplemente a los primeros colocados sociales de la Humanidad, vulgares brujos borrachos por el humo de las hogueras que con sus chaladuras empezaron a vendernos el cielo, llenando de seres imaginarios las profundidades de las mismas simas que habitábamos, instalando el miedo al futuro e impartiendo la cobardía ante la inevitabilidad de la muerte que a día de hoy sigue presente entre la mayor parte de nuestros semejantes.

Estos primeros hijos de mala madre, que se ungieron con los poderes del más allá, sin duda fueron los primeros que pensaron en que el ser humano visitaría las estrellas más pronto que tarde, aunque el tipo de viaje que estos drogadictos insaciables vendieron a la Humanidad, incluía creencias en seres todo poderosos que solo les transmitían sus deseos a ellos, seres imaginarios que poseían una receta que acabó llamándose religión y que era de obligado cumplimiento para preservar sus vidas cuando ya fueran pasto de los gusanos. Idearon un sitio celestial donde viajarían nuestros yo interior cuando ya nos hubiéramos desprendido de nuestros yacientes cuerpos, cada cual con sus propias virtudes llenos de ríos de plata y oro con hermosas afroditas, con cientos de vírgenes para los guerreros degolladores, con la presencia del padre de todos los dioses, con valhallas llenos de hermosas y exhuberantes valquirias, todo fruto de un montaje de desviados sádicos que quisieron y consiguieron manipular a las gentes que desde los tiempos de las cavernas o más allá habitan el más azul de los planetas de nuestro sol.

Hawking que estás en los cielos.

De las cosas celestiales, 2ª parte.

Según una encuesta que he leído por ahí (https://www.tendencias21.net/Siete-de-cada-diez-personas-del-mundo-profesan-una-religion_a7005.html) siete de cada diez personas creen en algún Dios, según esa misma encuesta la creencia en una única fe verdadera aporta datos como los siguientes: en Estados Unidos el 65% de los encuestados se autodefinieron como “cristianos”, el 86% señaló que su fe era importante en sus vidas, mientras que entre los cristianos de Francia y Suecia, este porcentaje fue de entre el 36 y el 42%. En España, el porcentaje a este respecto fue del 44%.

Estos son algunos de los datos revelados por Ipsos MORI, compañía líder de investigación del Reino Unido. Lo cual confirma que tenemos un grave problema, bueno más bien que tenemos otro grave problema. Y el doctor Stephen tendrá que esperar a que nos decidamos a poner rumbo a las estrellas, ya que una sociedad tan primitiva que aún cree mayoritariamente en dioses estrafalarios y sectarios está imposibilitada para ejercer cualquier tipo de dominación más allá de sus putos andurriales cósmicos donde nació y donde acabará sucumbiendo, puede que a su propia estulticia.

Yo de joven estudié en Seminarios Diocesanos de la Iglesia Católica, iba para cura o sacerdote, carrera que aborté afortunadamente, aunque debí de explotar a mi favor la beca exclusiva y personal de que gozaba, tenía todos los gastos pagados, incluída la ropa y gastos personales con paga semanal. Pude haber estudiado hasta acabar el bachiller superior y luego traspasar la beca a la Universidad. Pero bueno esa es otra historia.

Lo cierto es que la mayor parte de la población humana teme al Más Allá, piensa en vidas futuras pero bajo la perspectiva y condiciones de la vida terrenal. Es un tanto estúpido pero es lo que hay, el caso es que de haber otra vida a la que llegas por diferentes factores a los que llegastes a ésta, después de pasar por ésta, por la culpa de otros que te precedieron y que te atrajeron a ésta mediante relaciones físicas también conocidas como sexuales, que ingresas en la nueva vida después de fallecer el cuerpo que usaste en ésta vida y mientras éste se corrompe y es devorado por gusanos y bacterias, llendo a un lugar del que nadie se ha puesto de acuerdo en cómo es, que nadie ha visto, del que nadie ha regresado y que además no ocupa un lugar en el mundo de lo físico y al que vas en forma de éter o vaporosa sin atisbo físico o carnal alguno. Lo cierto es que de existir esa vida nueva a la que accedes después de vagar, sufrir o gozar en ésta, puedes asegurar que esa nueva vida no tiene nada que ver con lo que has visto en vida, en ésta vida. Yo, llegados a este punto de incertidumbre, soy de los que cree que en tanto que somos energía y que ésta, según se dice y se supone, no se destruye sino que se transforma, pues creo que nos convertimos o más bien nos quedamos en lo que ya de por sí éramos, es decir en energía cósmica y como tal viajaríamos a velocidades estelares entre el polvo de las estrellas, y en algún punto en algún momento, como el que no quiere la cosa, nuestra estela de la vida, nuestra amantísima mater estelar nos atraería y en un espasmo de placer cósmico, con una descarga de energía vital nos acogería entre sus etéreos brillos. Ahí acabaría todo fundidos en el polvo sideral de alguna estrella lejana que nos reclamaría, y el resto de la eternidad, la del Universo, lo pasaríamos alumbrado mundos perdidos, o brillando desde los confines interestelares para sobresaltar a las especies que pueblen los incontables mundos habitados. Palpitaríamos con cada reflejo de nuestra mater amantísima en tanto sigan ardiendo los soles del Universo.

Hawking que estás en los cielos.

De las cosas celestiales, 3ª parte.

El mayor problema para conquistar una parte de nuestra Galaxia, ya que conquistar alguna parte de otra es mucho más complicado o a lo mejor no, si a eso ya se verá, decía que el mayor problema no es la tecnología o los conocimientos que a ambos llegaremos más pronto que tarde, el mayor problema somos nosotros mismos pero no por nuestra morfología habituada al medio terrícola, a la gravedad y a otros factores de nuestro entorno, eso lo podremos simular donde vayamos con el tiempo o viajar a sitios en los que las condiciones medioambientales sean similares a las de nuestro planeta. No el somos nosotros al que me refiero es al yo interior, a nuestras creencias y a nuestras limitaciones emocionales. Hoy por hoy el ser humano por mucho que se las dé de ser superior no es tanto como se cree, no somos tanto como nos creemos. En efecto disponemos de una mente increíble pero no la usamos apenas, además la mayor parte de nuestra especie es tan manipulable como una patata, nos comparo con el tubérculo porque hasta los insectos de nuestro entorno no tragan tantas patrañas como nosotros. Una de las mayores industrias de nuestra civilización es la publicidad, casi siempre engañosa, otra gran industria es la religión con otra inmensa concentración de falsedades y trolas, pero esto no para ahí, a diario nos vacían la cartera y nos comen el coco otra serie de grupos de mentirosos, me refiero a los partidos políticos y a la recua de dirigentes que mandan ante los ojos de la gente aunque en realidad sean unos mandados que llegan hasta a embarcarnos en conflictos bélicos. Pero la mayor organización de embusteros que existe es la Industria en general, da lo mismos que sea la que se dedica a asesinar miles de millones de animales al año y nos provee de sus cuerpos cadavéricos para que los deglutamos, o la industria farmaceútica que nos vende los remedios para sanar de las enfermedades que nos provocan otras industrias creándonos a la vez una dependencia de por vida que nos llevará a desangrar nuestras economías y a destruir nuestras defensas y finiquitar nuestras existencias, también podemos traer a colación a la industria automovilística que nos vende vehículos contaminantes que nos matan mientras nos enseña a no caminar limitando el crecimiento de nuestros músculos y atrofiando nuestros pulmones. Podemos seguir así con cada una de las industrias auténticas mafias criminales que nos esclavizan bajo el falso sueño de la libertad de elección.

Imagina una especie que emprende la conquista del espacio exterior fuera de su sistema solar, pues no imagines a nuestra especie porque tal y como estamos ahora mismo eso sería imposible.
Hace tiempo acabé una novelita titulada "Comunicando con Dios" (en https://plus.google.com/+AntonioSalvadorManch%C3%B3nAlonso/posts/NWATVHB82Me) en ella la élite humana, después de hacer insostenible la vida en la Tierra, practicamente lo que ahora mismo están haciendo, se proponen seguir engañando a la humanidad y les venden la historia de que se va a llevar a todos los ciudadanos a un nuevo planeta como la Tierra, pero se trata de tenerlos engañados hasta que tengan su nave preparada y llena con todas las riquezas posibles amén de reservas inmensas de repuestos biológicos humanos, esclavos, semillas, animales, etc. No llegarán muy lejos, aunque ese final aun no está escrito se deja entrever. También escribí otra novelita titulada "El Arca de Gaia" (en https://plus.google.com/+AntonioSalvadorManch%C3%B3nAlonso/posts/HvA9gNAcf5G) que apunta sobre otra posibilidad pero aquí con un transfondo político del que ahora no estoy muy seguro.

El caso es que nuestra especie deberá de evolucionar bastante antes de que pueda aspirar a conquistar algo fuera de nuestro sistema solar en el que no hay vida ni lugares como la Tierra, aunque al paso que vamos pronto nos pareceremos a Marte. Y no va a ser solo conseguir no tragarnos todos los embustes con los que nos bombardean las veinticuatro horas del día, sino que tendremos que comprender que no somos hijos de ningún dios, que la Tierra no es nuestra, que los animales no están aquí para que los exterminemos, ni siquiera la plantas salvajes, que nuestros semejantes son eso "nuestros semejantes" no nuestro cagadero donde soltar nuestras miserias, ni nuestros puching ball donde descargar nuestra ira, habremos de entender que la Tierra es un sitio único e irrepetible, que puede evolucionar y seguir adelante sin nosotros pero que nosostros estamos acabados sin el planeta.

Cada uno de nosotros es un ser irrepetible al igual que cada insecto, no es posible fabricar unos seres tan evolucionados sin el proceso evolutivo de miles de millones de años. Cuando alguien le quita la vida a otro ser, sea humano o no está negando la existencia misma, si ese asesino además se las dá de creyente en realidad es solo un esperpento digno de oprobio y un insulto a su propio dios que debería castigarlo con terribles males por destruir su supuesta creación. Cuando destruímos a nuestros semejantes con bombas, balas, ácidos, venenos o mil aberraciones, estamos castigando a nuestra propia evolución porque de cada mil millones de humanos nace un genio, de cada cien millones un sabio y de cada diez millones alguien al que admirar, lo malo es que de cada millón nace un tarado que tratará de hacer la vida imposible a los otros novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve seres humanos restantes. Y si Houston tenemos un problema, Hawking se equivocó en su apreciación porque a este mundo de orates recién bajados de los árboles no le salva ni la madre que lo parió, el ser humano deberá de evolucionar mucho, muchísimo para poder atravesar algún día la Nube de Oort con naves que nos transporten a otro planeta azul.

Hawking que estás en los cielos.

Un inciso, una parada, una reflexión.

Sea lo que sea ésto he de hacer un stop, detener mi escritura y centrar mis letras, dejo quieto y parado al pobre Hawking mientras sosiego mi caminar. Yo, al igual que la mayoría de la fauna soy de costumbres fijas y siempre vuelvo al redil, pero también estoy sujeto a contratiempos, a embites del tiempo, de las cosas de palacio y de lo que va a venir y nadie se espera. Mi vida, la nuestra, la de cualquiera es un devenir que no conocemos, a menudo hacemos lo mejor que sabemos las cosas que nos toca hacer, cuidamos de los otros como mejor podemos, nos implicamos en temas que directamente no nos atañen pero lo hacemos por empatía, por humanidad. Vemos y oímos las noticias y nos aterran los hechos terribles que de cuando en cuando amenizan los telediarios, la muerte que acecha tras la mirada de aquel vecino que se le veía tan normal, la caída del árbol que mata al niño, la terrible ventisca que arrasa todo a su paso. Una bomba que cae del cielo no por casualidad, una declaración de independencia que crispa las mentes y enerva los sentidos, la ley que a nadie gusta pero que todos esgrimen, los derechos, los propios que no los del otro.

Continuamente mis escritos son una retahila de fracasos de lo humano, son una concatenación de improperios a los malos y a los que creyéndose buenos son los peores. De continuo creo que me paso un huevo y parte del otro, puede que yo no sea el más apropiado para acusar, pero lo cierto es que si callo me convierto en complice.

Ahora dicen que a Stephen lo han asesinado, puede ser cosa de conspiranoícos, aseguran que sabía algo de la vida extraterrestre que ocultan los gobiernos (más info en https://plus.google.com/+AntonioSalvadorManch%C3%B3nAlonso/posts/8WTMrmTUbLe). Días atrás en "Cuarto Milenio" del canal Cuatro de la televisión en España, un programa que veo por encima de cuando en cuando, tenían una tertulia en la que habían algunos personajes como un coronel de la inteligencia militar, algún médico y varios conspiranoícos, el caso que trataban era el de las muertes violentas y/o sospechosas de grandes dirigentes de la Humanidad como Jhon Fizgeral Kennedy, Isaac Rabín, Martin Luter King y una larga lista de científicos, adalides humanitarios, etc. Los tertulianos hablaban de un complot del Gobierno Oculto Mundial, que en realidad no está tan oculto y que son los grandes banqueros, los propietarios de las multinacionales más importantes, los gurús financieros, la farmaindustria y las empresas armamentísticas, y gente de esa calaña. Este gobierno estaría tras las muertes de los que buscan la paz mundial y acabar con el hambre y las desigualdades.

En fin, yo con este escrito que quiero llene dos o tres mil páginas, trataré de comprometerme con nuestro mundo, no solo con las personas, que por cierto son o somos los culpables de lo que nos ocurre, sino con todas las especies y con todos los biotopos. El planeta es un todo, cada mosquita cuenta, hoy se coló una en casa y en vez de matarla cerré todas las contraventanas excepto la puerta de la calle desde donde entraba la luz del día, la mosca voló a la puerta, yo la abrí y ella se marchó viva, cada brizna de cesped es la casa de seres terrícolas, cada vida tiene que seguir viviendo.

Cuando dejemos de mirarnos a nuestro ombligo, cuando dejemos de amar nuestro culo por encima de nuestras posibilidades, cuando comprendamos que solo estamos aquí de paso y que debemos preservar tanta magia biológica, tanta increíble naturaleza, entonces, solo entonces estaremos preparados para tomar el mando de las naves que nos llevarán más allá de la Nube de Oort, más allá del infinito, a nuevos mundos más allá de nuestra imaginación.

Que tengáis un buen viaje interestelar amig@s de La Tierra.

Hawking que estás en los cielos.

De las cosas celestiales, 4ª parte.

Con la Iglesia hemos topado amigo Sancho, esta frase que don Quijote le dice a su fiel escudero ya es parte de la sabiduría popular española. Puede que no tenga mucho que ver con lo que sigue pero me vino a la cabeza y ésta ordenó a los dedos escribirla en la tablet. Hoy, cuando escribo estas líneas, es Viernes Santo y dado mi ateismo adquirido he debido consultar a Google para saber que es el día en que se recuerda la crucifixión de Cristo y su muerte. Sea como fuere si es que fue a Cristo lo condenaron los políticos de entonces y lo ejecutaron los militares, pero a día de hoy se recuerda con fervor su calvario por políticos y militares en esta España cañí, manda huevos que diría Cela.

He leído un escrito/carta de un sacerdote mandada a la ministra de Defensa española María Dolores Cospedal que integro en mi obra: 

"¿Por qué tanta manipulación de la fe en el Dios de Jesús? ¿Por qué tanta hipocresía, tanta maldad y crueldad disfrazada? Has decretado de nuevo que el Viernes Santo las banderas ondeen a media asta en los cuarteles por la muerte de Cristo ¿A quién pretendes engañar, comprar o vender? ¿O pretendes autoengañarte?

Entiendo perfectamente que esta decisión le siente mal a algunas personas amparándose en que el Estado es aconfesional, y llevan razón, pero yo quiero hacer un planteamiento desde la propia vida de Jesús de Nazaret que, como bien sabrás, se recoge en los Evangelios. Y no lo digo con ironía, sino como algo obvio que con el paso de los siglos ha quedado sepultado por los poderosos de este mundo, esos poderosos que condenaron a Jesús a muerte, como a tantos otros que han luchado por un mundo más humano. No te olvides que los ejecutores fueron los militares romanos.

No te puedes imaginar la indignación que me produce cuando veo a los legionarios con la imagen del Cristo yacente. Me parece blasfemo verlo con los fusiles, con ese exhibicionismo corporal. Desde la fe es una aberración. Me decía un amigo con tono de sarcasmo: "Sólo falta que le pongan a la imagen de Jesús unas pistolas". Le dije a continuación: "No des ideas".

Tú, María Dolores, defiendes unas políticas que chocan frontalmente con los Evangelios, con lo que Jesús vivió, porque sería bueno que todos tuviéramos claro el motivo de la muerte de Jesús y respondiéramos a la pregunta de por qué Jesús murió, por qué fue crucificado.

Él no buscó la muerte, la aceptó por el pueblo porque no quiso huir ni esconderse. Fue capturado, detenido, encerrado en una cárcel, torturado y condenado a muerte por los poderes políticos, económicos, militares y religiosos. Sí, fue un delincuente, un antisistema que se enfrentó a los enriquecidos porque quiso ser Buena Noticia (Evangelio) para los empobrecidos, para dar la libertad a los cautivos y desobedeció las leyes políticas y religiosas para poner en el centro de la historia al ser humano y su dignidad denunciando a los que ostentaban el poder. Por eso la afirmación: "Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros, el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor". 

Los poderes económico, político, religioso y militar no aceptaron que una persona abriera el pensamiento y la conciencia de su pueblo para liberarse de los yugos y las cadenas. Sobre todo, cuando Jesús quería que el pueblo fuera protagonista de su propia liberación. Quiso que la sumisión, la resignación y la legitimación se transformaran en libertad, solidaridad, paz, reconciliación, igualdad, fraternidad y amor. Y todo esto desde una actitud de desobediencia social y religiosa.

El sistema reaccionó, y como a tantos otros de la historia –humanistas, agnósticos, ateos, aquellos que han luchado por ese mundo que soñamos– lo asesinó en un juicio sumarísimo. Fueron los defensores del orden social quienes lo mataron.

Mira, María Dolores, Jesús sigue siendo crucificado en los refugiados, esos que vienen huyendo de las guerras y el hambre. Les ponéis alambradas e impedís los rescates humanitarios ¡Ni siquiera habéis acogido a los 17.000 que os comprometisteis! Jesús sigue siendo crucificado en los inmigrantes, esos que encerráis en los CIEs, y presumís con orgullo de las expulsiones. Jesús sigue muriendo en la violencia contra las mujeres y, en cambio, despotricasteis contra las movilizaciones del 8 de marzo. Por cierto, me encantó la postura del arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, apoyando esta movilización y diciendo que María iría a las manifestaciones.

Jesús sigue siendo crucificado en los parados, en los trabajadores precarios, en las personas explotadas y oprimidas, en los mayores que no tienen una pensión digna, en los que no tienen ayuda en dependencia que les permita una vida en calidad, en las familias desahuciadas, en los que mueren por causa de cualquier tipo de violencia, en los que son despedidos de sus puestos de trabajo por pedir sus derechos….

Sé que es muy fácil comprar la voluntad y el silencio de obispos y sacerdotes: por eso el silencio ante estos contrasentidos, ya que sólo hace falta dinero y el cobijo del poder. El Cardenal Rouco Valera os lo puso fácil.

Pero tienes que saber que gestos como el de ondear la bandera a media asta en los cuarteles militares (te vuelvo a recordar la incompatibilidad entre la fe y lo militar, y, de paso, se lo recuerdo a los curas castrenses que bendicen armas y tropas para matar) sólo sirve para aumentar la hipocresía y el cinismo. Esa hipocresía y cinismo que se extiende a los que defendéis la política al servicio de los poderosos y que ellos os pagan a cambio con puestos en grandes multinacionales o negocios. No te quiero decir nada de lo incompatible que es con la corrupción.

Te pido un favor: no vuelvas tú o quien te sustituya a mandar una circular pidiendo un luto que es despreciativo para Jesús, porque el luto se encuentra en los que se ahogan en el Mediterráneo o están sepultados bajos los escombros por las bombas o muertos por armas que tu Gobierno vende, entre otros. No lo vuelvas a hacer por honestidad. ¿Os queda algo de honestidad? Confío en que algún día se recupere la honestidad y el servicio a la ciudadanía desde la perspectiva de los Derechos Humanos."

Casi podría dar por terminado ese capítulo o apartado pero entonces no habría realizado apenas trabajo alguno. He considerado poner este texto en mi obra porque no tiene falsedades, es un canto a la verdad digno de ser publicado y expuesto a los cuatro vientos. Su autor es Joaquín Sánchez (el cura de la PAH), que es sacerdote desde 1987. Miembro de la plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y de la Cumbre Social de Murcia. Realiza tareas de acompañamiento en la prisión, centro psiquiátrico y residencia de personas mayores. Escritor. Su frase favorita: nunca es tarde para amar y luchar, luchar y amar.

Y en la televisión se ven las escenas de la Semana Santa, una mezcla de inmisirecordes juerguistas con ganas de beber y de bailar, campeando entre dolorosas y llorosas beatas que pierden la calma ante las imágenes del calvario. Imagino que ni a unos ni a otros les importa un comino la justicia social que el nazareno predicó, y ninguno de los presentes partirá su capa con el hermano que pasa calamidad, ni unos ni otros compartirán sus viandas y pitanzas con el hambriento y a nadie se le ocurrirá ir a prisión a consolar al hermano caído en la infamia, aunque eso sí aplaudirán la bufonada de la puesta en libertad de un preso por la Hermandad de Jesús el Rico de Málaga.

Imagino a los humanos descendiendo de las naves intergalácticas en un mundo lejano y vivo, en cabeza un grupo de soldados fuertemente armados en formación de flecha, detrás protegido por las armas laser de los militares un sacerdote catalán portando una cruz se suena con un pañuelo estelada, mientras apoya la susodicha estructura de muerte y ejecución y observa a la catarva de indígenas en pelotas que los miran asombrados, mostrando ellos sus tres testículos colgantes y sus dos penes,  en tanto que a ellas les cuelgan un enorme tríada de tetas peludas que prácticamente tapan sus dos coños triangulares de carnoso color rojo esmeralda.

¿Qué clase de embustes contará el pater a los trogloditas vecinos de Orión para venderles la moto?.
En esta improbable situación puede resultar cualquier cosa incluso que en ese momento el tal Cristo ya no sea Hijo de Dios y ese lugar lo ocupe ahora un tal Puigdemont ajusticiado por el Pretor Rajoy. Pero esto ya es coña porque hemos llegado a un estadio de la estulticia de tal magnitud que más vale chiste volando que independencia al canto.

La Iglesia, la Iglesia amigo Sancho que me toca los cojones a diario, desde los maitines hasta la misa del gallo. Si yo te contara lo que vieron estos ojos ya no podrías volver a ser el que eres y de virgen pasarás a ramera en un plis plas; debes de saber que el velo de la ignorancia es mejor que la verdad tremenda, de la que dicen que te hará libre pero que en realidad te hará morder el polvo de la infelicidad. Más vale un tonto creyente y creído que un sabio con aspiraciones, el primero jamás te llevará la contraria pero el segundo, hay del segundo amigo Sancho, debes deshacerte del segundo porque en verdad te digo que te traerá el infortunio, el segundo lo creó el Diablo para engendrar a las rojas que luego engendraron a los golfos que piden igualdad y democracia, a los rastas que claman en los suburbios del dinero, a los curas irredentos que cada día los obispos de bien echan fuera de la casa del Dios verdadero.

Amén. Y así transcurre otro día en el largo camino de la Humanidad a las estrellas donde Stephen cree que algún día llegará, ja, ja, ja.

Hawking que estás en los cielos.

De las cosas celestiales, 5ª parte.

¿Por qué y para qué precisaríamos descubrir y conquistar nuevos mundos?. Éstas dos preguntas del por qué y el para qué son fáciles de responder, lo más complicado es certificar que conseguidos tales objetivos, el descubrimiento y su posterior conquista puedan ser útiles para el propósito que se esconde en las preguntas formuladas.

Sabemos que nuestro planeta La Tierra ha sufrido y sufrirá impactos catastróficos de asteroídes u otros objetos espaciales, el disponer de otros planetas donde cobijar a la Humanidad de los efectos destructivos de tales calamidades podría suponer la diferencia entre la extinción y la pervivencia de nuestra especie. Y ahí están las respuestas a las preguntas. Si disponemos de segundas Tierras de residencia podríamos escapar a los desastres cósmicos. Pero si sólo disponemos de una segunda opción podríamos por mala suerte perder la partida existencial, la nueva casa de la Humanidad podría sufrir las mismas contrariedades que la original y ser devastada al poco de su colonización por otro asteroíde errante. Podríamos sufrir un ataque alienígena que nos disputase su propiedad, ser atacados por una enfermedad del nevo planeta o por sus habitantes indígenas. Así que de iniciar la conquista del espacio, la Humanidad debería de preparase para colonizar cuantas más nuevas Tierras fuera posible.

La tarea será de una magnitud inimaginable, entre otras cosas por la contienda asegurada entre los millardos de mentalidades retrógradas de la inmensa mayoría de nuestra especie y quienes estuvieran dispuestos al intrépido futuro. También debería esta élite aventurera contar con el apoyo de los gobiernos que para tal ingente tarea debería de unirse de una vez por todas. Haría falta un cambio de modelo social, económico, político, moral, de subssistencia, industrial y de todos y cada uno de los órdenes que hasta ese día habrían gobernado nuestras existencias.

Y Dios, cada uno de los dioses falsos que habitan la Tierra, cada grupúsculo religioso con su identidad propia, cada falsa creencia, las mitologías que han mantenido acobardados a los hombres, las normas, leyes y espectativas en el más allá que han retenido los avances y la igualdad entre los hombres y mujeres por sus diferencias religiosas, toda esa parafernalia incongruente con el futuro y con el desafío a nuestro destino, deberían ser abolidas en sus prácticas más exhibicionistas, aunque como concesión a la libertad de culto arraigada en las naciones más avanzadas, podría considerarse dejar en el ámbito privado la libertad a seguir creyendo en tales supersticiones. Pero en la educación se instruiría a los niños sobre la inexistencia de los mitos religiosos.

Creo sinceramente que el punto de no retorno sobre la existencia de dioses se dará cuando nos encontremos frente a frente con otros seres inteligentes y avanzados totalmente diferentes en el aspecto físico. En  nuestro viaje interestelar que ya comenzó hace tiempo, vamos descubiendo la magnitud del Universo, la existencia de poderosísimas fuerzas del espacio profundo, las distancias inimaginables y empezamos a comprender la expansión espacial, sin atisbar hacia dónde lo hace. Vemos gracias a nuestros, cada vez más avanzados, sistemas de observación cómo las galaxias se alejan unas de otras a velocidades siderales, como algunas chocan violentamente contra otras produciebndo un caos armónico incomprensible, cómo descubrimos la vida oculta del cosmos, se descubren atroces efectos que devoran estrellas, gigantescas columnas de humo estelar, combinaciones estelares donde se juntan guarderías de estrellas con explosiones galácticas. Un cúmulo de fantasías e imposibilidades que suceden ante las lentes de nuestras poderosas máquinas espías. Y Dios no se encuentra en ninguna de estas reverberaciones inaúditas, el majestuoso ser se encuentra ausente aunque a él se le atribuyan tales magneficencias, su reíno celestial se oculta tras las enormidades fantasiosas que vagan en la oscuridad de tal inmensidad.

Faltan sin duda las palabras con las que plasmar la sucesión de maravillas, y sin embargo ni una prueba palpable de Dios alguno que valga la pena consignar. Y sin duda hay algo ahí afuera, algo recóndito, algo misterioso, pero ese algo sin duda alguna no es un Dios al estilo de las religiones sicópatas que han destruído tantas vidas a lo largo de nuestra Historia. Ese algo está por encima de los dogmas de los farsantes líderes religiosos y sus correligionarios. Esperemos que un día más cercano que lejano acabemos de una vez con tanta farsa y tanto caradura. Eso o nunca jamás podremos despegar de nuestros dominios terrícolas.