sábado, 26 de enero de 2019

La Economía bajo el control de las Máquinas.



The High Frequency Trading o
El Comercio de Alta Frecuencia

Según el diario Cinco Días (https://cincodias.elpais.com/cincodias/2012/02/27/economia/1330458950_850215.html) los diferentes mercados de valores están introduciendo nuevas plataformas de operaciones de latencia ultrabaja. Con ello han abierto sus puertos de datos a un flujo creciente de operaciones de las firmas de trading de alta frecuencia. Los enlaces de comunicaciones de fibra óptica de baja latencia han pasado de 100 megabits a un gigabit ethernet (GbE). En la actualidad, la vertiginosa velocidad de 10 GbE se está convirtiendo en la norma.
El Gigabit Ethernet (o GigaE) es una ampliación del estándar Ethernet que consigue una capacidad de transmisión de 1 gigabit por segundo (1000 megabits por segundo) de rendimiento.

Parece ser que inversores institucionales internacionales, usando procedimientos de trading, consiguieron desprenderse de sus acciones de Bankia a las que les sacaron unos buenos dividendos aún antes de que fueran operativas; de hecho parece ser que ni siquiera existían. Estos joyas aplicaron la tegnología trading de alta frecuencia a la conocida artimaña especulativa del posicionamiento en corto para mover en muy poco tiempo millones de acciones, según algunos hasta diez veces más de las que iban a ser operativas el día de hoy (28 de mayo de 2013). Esta operación delictiva a todas luces que perjudica directamente a los accionistas, previamente estafados por las preferentes, se hizo tres días antes de que las acciones fueran operativas. Vamos lo que se dice un saqueo en toda regla, permitido por nuestros diligentes vigilantes de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

No es tan fiero el lobo...

El dicho afirma que no es tan fiero el lobo como lo pintan; y es una aseveración sin duda cierta sobre el lobo, aunque en el caso que nos ocupa puede ser o no ser cierta. La verdad es que si preguntas mucho sobre el HFT o Comercio de Alta Frecuencia, te encuentras con muchas respuestas no coincidentes; así unos opinan que los dichosos algorritmos empleados en la programación de las HFT, para lo único que sirven es para distorsionar los mercados ya que estos, a menudo, dificultan la capacidad del mercado para incorporar información sobre los fundamentals de los precios de los activos. Esta información se puede leer en Inversor Global (https://www.igdigital.com/2011/11/sepa-que-son-las-hft-y-como-cuidarse-de-ellas/), este enlace ahora da error 404 not found; en tanto otros opinan que no estamos seguros de casi nada y tal vez sea demasiado pronto para apuntar con el dedo.

La verdad es que en el tema de la economía y las inversiones en concreto, existe una tendencia a funcionar sin conocer realmente a donde pueden llevar ciertas actuaciones inversoras. Si a ésto le añades que hay quien realiza operaciones de dudosa operativa con potentísimas neomáquinas, el resultado puede deparar en graves daños a parte o al total del sistema bursatil global.

Aquí lo que resulta llamativo es que tanto los operadores de bolsa, las administraciones que dirigen las sedes bursátiles y los encargados económicos de los diferentes organismos estatales, estén jugando literalmente con una ruleta de casino que tiene pocas reglas establecidas, y que pueden ser cambiadas por los jugadores en mitad de la partida.
A estas alturas del partido no me quedan dudas de que somos meras comparsas de una formidable timba, que a nivel global manipula la economía presente y futura para mayor desgracia. Los complejos algorritmos que mueven a los programas de las HFT intervienen decididamente en los resultados de la economía real; que lo hagan en mayor o menor medida, con más o menos daño para otros operadores bien intencionados, es algo que a día de hoy parece ser que nadie conoce o dice conocer.

Yo propongo

Que las timbas y las ruletas operen solo en los casinos autorizados; como le decía la leona al cachorro que perseguía y mordisqueaba insistentemente al turista blanco: con las cosas de comer no se juega. Habría que darle un mensaje claro y nítido a los especuladores y demás artistas del mercado bursatil: se permite invertir, se prohibe especular.

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