martes, 29 de enero de 2019

Acoso 2.0.



El término 2.0 se relaciona directamente con el de Web 2.0, y el de acoso 2.0 con el que titulo este apartado de mi escrito se refiere a los actos que protagonizan los acosadores amparados por la falsa seguridad que les proporciona Internet.

La Web 2.0 no es más que la evolución de la Web en la que los usuarios dejan de ser usuarios pasivos para convertirse en usuarios activos, que participan y contribuyen en el contenido de la red siendo capaces de crear, dar soporte y formar parte de una sociedad y/o comunidades tanto a nivel local como global; que se informan, comunican y generan conocimiento y contenido.
El término fue utilizado por primera vez por Darcy DiNucci en 1999, en su artículo "Fragmented future", aunque no fue hasta 2004 cuando Tim O'Reilly lo hizo popular.
(Fuente la Wikipedia en https://es.m.wikipedia.org/wiki/Web_2.0)

A mi como a tantos usuarios de la Red no me han faltado acosadores, éstos perros/as rabiosos/as no aparecen en tu entorno de forma espontánea, son como la pregunta mamporrera, se presentan como amigos y/o admiradores para tornarse a la primera de cambio, sobre todo en cuanto detectas su juego sucio al descubrirles insultando o molestando a otros usuarios, en perfectos mister Hyde. Durante mi anterior capítulo o apartado de mi escrito, apareció una de ellos, afortunadamente se descubrió rápidamente y ya la he bloqueado, y ahora sigo a lo mío.

Las nuevas generaciones y la humanidad en general debería de aprovechar la inmensa suerte de disponer de una tecnología del calibre de las herramientas 2.0 que amplían las oportunidades de las anteriores 1.0 (término usado para describir la Web antes del impacto de la "fiebre punto com" en el 2001, que es visto por muchos como el momento en que el internet dio un giro) y nos prepara para lo que nos depara el futuro inmediato con la interactividad de las máquinas entre sí y con nosotros y nuestro entorno. Pero sin embargo, y sin dudar ni un segundo de que la inmensa mayoría de los usuarios de la Red lo son de forma responsable y amigable, hay un número ingente de energúmenos que en vez de disfrutar y aprovechar las ventajas de que disponen y que sus ancestros ni siquiera atisbaron a imaginar, usan esta nueva tecnología como los atrasados orates usaban los usos descarnados de sus piezas de caza, no para cocinar un sabroso caldo gallego sino para atizar con el a su vecino o al primero que le mirara de mala manera.

Aprovecho para traer a colación un apartado de un escrito mío anterior titulado "Hacia el mundo mejor" y que encaja de cierta manera entre el tema de los acosadores, aunque éstos muchos más malos, y un buen uso de la Red que han hecho y hacen algunas personas ciberactivistas por el bien de todos.

El apartado o capítulo lo titulo "Tras tus ojos tu voz" y en el cuento que...

A menudo leo a gente que a través de comentarios, twuits o posts criticar a quienes denuncian en la Red los abusos de los poderosos, las empresas o de cualquier hijo de vecino que se cree por encima de los demás. Hay quienes dándoselas de combativos acusan a quienes usan la pluma cibernética de dedicarse solo a escribir y no salir a la calle a combatir el mal, o a denunciar en las comisarías o juzgados los supuestos delitos, atentados o las simples afrentas, y en parte tienen su pizca de razón, pero en absoluto toda; tal vez éstos críticos con quien alza su voz a través de Internet desconocen que (a partir de aquí textos de la web de RTVE) mas del 90% de los datos que circulan en el mundo han sido creados en los últimos dos años, según reza el informe 'Bringing big data to the enterprise'. Esta gigantesca cantidad de información permite que las mentiras oficiales sean rebatidas ahora por periodistas y activistas de la transparencia, que son capaces de arrojar luz en la oscuridad con pocos medios y mucho oficio. Este proceso, que se conoce como verificación de fuentes abiertas, es lento y minucioso pero permite que la información pública producida por todos y cuyo acceso no está restringido explique lo que realmente pasa en países en conflicto, donde la primera víctima es siempre la verdad. Guerra a la mentira, un webdoc desarrollado por el Lab de RTVE.es en colaboración con En Portada (hasta aquí los textos de RTVE). Parece ser que hasta los periodistas de verdad empiezan a atender las denuncias en la Red de los activistas de la verdad.

Y que a nadie le quepa duda alguna que acusar y denunciar a los malos y a los indeseables, sean quienes sean, a través de los nuevos medios de comunicación, masiva por cierto, tiene asegurada que será vista y puede que si está bien estructurada, es consistente y tiene eso que a la gente le engancha se hará viral y tendrá sus efectos, aunque a veces estos efectos pueden ser perjudiciales para el valiente que lo denuncia, pero no recuerdo haber dicho o escrito que ser un héroe o un valiente sea fácil.

Algunos de los más agueridos y combatientes luchadores de las redes caerán abatidos por las balas de sicarios, apaleados por agentes del poder o lacayos de la intransigencia, algunos ya han pagado con sus vidas o su libertad las denuncias contra la corrupción, la destrucción de los hábitats naturales o el asesinato de opositores. Pero su inmolación en aras de un bien superior, ya sea la humanidad que aún habita en el planeta, la biodiversidad de los espacios y la defensa de los animales salvajes que no pueden escapar a las balas de los asesinos, o cualquier otro loable motivo hará de ellos héroes, tal vez jamás conocidos pero sin duda que podrán entrar con la cabeza bien alta en el otro mundo, si existe, y la sonrisa en sus muecas, la sonrisa de un vencedor.

Para terminar un apunte dicho hoy, aunque ya conocido, en la tele con motivo del reciente ciber ataque de ransomware, que advierte de que en la próxima gran guerra se combatirá en Internet; en ese hilo yo podría afirmar que la próxima gran revolución se producirá combatiendo en la Red, y los adalides de la revuelta 5.0 ahora mismo manosean y llenan de babas un dispositivo con conexión inalámbrica, son bebes jugando con un iphone o una tablet en brazos de sus mamás o papás

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