martes, 22 de enero de 2019

Las últimas balas. Insistencia.



Cuando ya se estaba acabando la tarde sin haberme decidido a escribir un nuevo episodio de este ensayo, repasando el Google+ veo un post con imagen sobre una idea de reiniciar el "sistema", en la imagen de una gota de agua rebotando sobre una lámina de agua y convirtiéndose, la gota rebotante, en la imagen de un corazón típico de los dibujos de enamorados, la imagen incorpora un texto con el siguiente lema: "Cuando el "Sistema" sea re-diseñado y se diseñe para y por respetar, amar, protejer y vivir la vida, en todas sus formas, todo cambiará, y esto se hace posible, gracias a todos.", salvando los defectos conceptuales de la frase y las faltas en las formas verbales, que creo que tiene, me ha recordado que en múltiples ocasiones, tanto en escritos cortos como en alguna novela, he abordado el tema de que se precisa un reinicio o un reciclado de los objetivos de la sociedad y de las formas en que nos desarrollamos.

Claro, claro, es tan fácil decirlo como escribirlo, lo complicado es implicar a todos o al menos a una mayoría lo suficientemente aplastante que pueda imponer las nuevas ideas y llevar adelante el nuevo orden. Pero yo siempre he desconfiado de que tal cosa pueda llegar a ocurrir, de hecho creo que vamos en la dirección opuesta a tal posibilidad. Ya hace mucho tiempo que estamos en una especie de Matrix que nos tiene subyugados y por desgracia encantados con nuestros yugos. La estulticia (necedad, tontería) tanto de nuestros gobernantes, empresarios y ciudadanos es tan desmesurada que nada ni nadie nos va a poder sacar del camino que nos dirige al abismo, al cual nos acercamos ya a una velocidad de crucero que se muestra imparable.

Aunque puede que por mor de una élite de genios anónimos (o anónimus) ya tengan un teórico plan de asalto al poder y de la toma del control del planeta. Yo aventurándome a ser secuestrado por algún servicio oculto de cualquier pésimo gobierno o por los anónimos genios que vean descubierta su tarta, voy a exponer, de nuevo, cómo lo harán, van a hacerlo o deberían hacerlo, cosa que obviamente desconozco y solo imagino. Pues bien, el citado y teórico plan pasa por la realización de una llave informática, esta cuestión se ha abordado en muchas películas, que sería en realidad una especie de nuevo virus mutante, el especimen estaría dotado de una especie de psique o memoria digital donde estaría el software invasor, y de un corpus biológico o portador en forma de patógeno que pudiera hospedarse en multitud de seres, estando especialmente predispuesto a infestar humanos. Este virus mutante permanecería latente en el cuerpo humano alojándose en una zona estanca del cerebro donde se doblaría, de cuando en cuando, infestando con el doble a otro ser humano, así hasta infestar a la mayor parte de la humanidad.

En una segunda fase, ya con una sociedad humana al punto del colapso y totalmente dependiente de los robots y las máquinas inteligentes, los virus latentes usando la capacidad despreciada de la mente humana, transferiría su software, que durante el proceso habría sido actualizado convenientemente y almacenado en las numerosísimas neuronas y en las enormes corteza y corpus cerebral cuales bases de datos sin fin, a todo tipo de aparatos, robots o máquinas, tomando así el control de ejércitos, empresas, gobiernos y cualesquiera asociación humana moderna.

La última fase, sería la de instaurar un nuevo orden en el planeta. La élite anónima sería como un gran jurado de sabios, pero dejarían al albur de una sociedad democrática y asamblearia la conformación legal del nuevo orden. Habría que dotar al planeta de unas nuevas organizaciones internacionales libres del control de las grandes fortunas y corporaciones. La Justicia podría por fin disponer de una letra mayúscula para ser nombrada y apelada, la pobreza sería erradicada y la vuelta de una deslumbrante naturaleza y biodiversidad sería una prioridad. La abolición de las prácticas destructivas y extractivas de las riquezas de la Tierra por el solo interés económico pasarían a serlo por el bien del planeta y el beneficio se haría colectivo de verdad. Las especies serían protegidas y abolido el uso de sus cuerpos para el consumo y la explotación en el más amplio de los sentidos, solo con sumo respeto y sin poner en peligro sus vidas y su salud podrían ser objeto de estudios científicos y extraer de ellos partes para la reprodución o su estudio en laboratorios. La potencialidad de la procreación humana sería orientada para la colonización de otros planetas.

Y eso, y eso, y eso es todo... por hoy.

30 de noviembre de 2017

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