domingo, 10 de febrero de 2019

Y el año pasado escribía en el Facebook: Martes 18 de abril de 2017.



A declarar como testigo va a tener que ir el presidente del gobierno Mariano Rajoy alias el registrador registrado. Esta noticia que para muchos es fabulosa y para otros un nuevo ataque al PP, para mí es solo un nuevo síntoma de la degradación del pais por la acción gubernamental. Para vivir en las condiciones actuales no se precisa de una democracia. Ya se que para muchos España está en una situación socio económica envidiable, puede ser, pero no para todos. Hay muchas personas que no pueden ni quieren enfrentarse a su atroz situación. Recuerdo por ejemplo una declaración del ministro de economía Luis de Guindos que decía que era mejor trabajar por cincuenta euros a la semana que no hacer nada. Pero es que con este tipo de declaraciones a parte de incentivar y animar el trabajo esclavo se desinforma la realidad, porque con esos cincuenta euros nadie en España se puede desplazar el mínimo de diez veces de casa al trabajo, tomar cinco almuerzos para no desmayarse, beberse veinte litros de agua para no deshidratarse, y vivir los otros dos días, más realizar las comidas y cenas mínimas para no morir. Eso sin contar los otros cientos de gastos que te impone el vivir en sociedad como el de vestirse y calzarse, cortarse el pelo y afeitarse, lavarse y llevar la ropa límpia. En fin es abrumador que un elemento que vive con un sueldazo que supera los 2.000 euros semanales y dispone de dietas, transporte de lujo con chofer y una ristra de emolumentos para completar su sueldo, pueda ni tan siquiera pensar dicha frase sin que se le caíga la cara de verguenza.

Aunque como ya he dicho y escrito en otras ocasiones la culpa de ésto no es totalmente del gobierno, la mayor culpa viene de la misma sociedad que consiente las veleidades del gobernante de turno. Y las consiente porque se ve reflejado en la aptitud gubernamental, porque la mayoría de los ciudadanos son unos sinverguenzas, carecen de moral y no tienen una pizca de cultura. Y aunque haya datos de que España es un país solidario yo no lo veo por ninguna parte, la mayoría vamos a lo nuestro y no damos más por el culo porque nos podrían descubrir. Ya se que la verdad jode, pero es inapelable y si a alguien le molesta mi crudeza y cree que miento, le sugiero que aprenda a leer prensa no deportiva, que lea libros actuales y antiguos, que mire más allá de las clalles del lujo y de los grandes centros comerciales, que salga a los arrabales y se desplace a los pueblos donde ya no existen jóvenes. Que vaya a las cárceles y a los centros de detención de extranjeros, que acuda a los comedores sociales y pregunte a las ONGs, que se desplace a los albergues para indigentes, y a los de animales abandonados, que se plante y pregunte en las colas del paro, y que se acerque a los locales de Proyecto Hombre donde se rehabilitan a toxicómanos y ludópatas que arruinan sus vidas y las de sus familias.

Yo creo que las fuerzas políticas progresistas del mundo en general y de España en particular hace tiempo que perdieron la batalla por el gobierno mundial o nacional, según el caso, la sociedad está completamente conformada con el progreso que apercibe, sobre todo los votantes activos, que viven en una virtualidad democrática y de avances socio económicos que son solo un espejismo. Cuando el objetivo de los gobiernos y la esperanza de los ciudadanos es la disposición de riqueza por encima de cualquier otra cuestión, es que la sociedad ha dejado de ser un ente de solidaridad y hermandad para convertirse en una estructura societaria que fomenta el egoismo y la acumulación. El hombre pasa de ser un igual a ser un mero objetivo de explotación, la vida de ser un bien superior a ser un tiempo de aprovechamiento, la cultura de ser un recipiente de la humanidad a ser una herramienta al servicio de las corporaciones, la libertad de un derecho inalienable a una moneda de cambio, la salud de un objetivo a un pasivo, la guerra de una línea roja a un ejercicio del poder. Y así podría seguir enumerando las pérdidas producidas cada día en esta sociedad tan falsa como la falsa moneda.

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