lunes, 11 de febrero de 2019

Los Trabajos de la Revolución.



¡Vamos a luchar por nuestro derecho a existir! (escrito en 2014).

Preámbulo. El futuro, recordadlo como marcado a fuego, se escribe en el presente.

La Revolución Pendiente, precisa de una serie de TRABAJOS DE LA REVOLUCIóN. Trabajos que requieren de tacto y brutalidad en una mezcla de alquimista para el que pocos están preparados y menos aún los que están dispuestos a asumir los riesgos que estos conllevan.
Ahora estoy leyendo Cartas de España de José Blanco White (Sevilla, 1775) cuyos apellidos verdaderos eran los de Blanco Crespo, se exilió en Inglaterra cuando el jodido Napoleón decidió invadirnos con sus ejércitos criminales. El caso es que este canónigo que ejerció magisterio en Sevilla, describe la España de su tiempo, y en algunos casos parece que sea un reportero de la actualidad, aunque ahora el Rey Felón se llame Rajoy las similitudes en algunos aspectos son desgraciadamente muy parecidas.
En su Carta Segunda, casi al final dice en referencia al pueblo español: A pesar de gozar de algunas de las mejores cualidades que un pueblo puede poseer "excúseme usted de este involuntario arranque de parcialidad nacional", estamos más que degradados, nos encontramos corrompidos por aquello mismo que debería servirnos para alimentar y promover las virtudes sociales. Nuestros corruptores, nuestros mortales enemigos son la religión y el gobierno. Presentar de modo brillante las pruebas en que baso esta atrevida afirmación está más allá de mis posibilidades, pero es tal la fuerza de la evidencia que poseo sobre tan triste realidad que casi llegan a aturdir mi espíritu con su presencia.
En la misma misiva, en la tercera o cuarta página de la misma, hablando de las esperanzas renovadoras que se avecinaban en España y en particular en la Cádiz de 1812, dice advirtiendo que él no es un tory ni un fanático: Detesto las ideas niveladoras y desde el fondo de mi corazón aborrezco cualquier clase de expoliación (lo que hoy en día llamamos expropiación o nacionalización). En cualquier caso muchos años tienen que pasar y muy extrañas cosas tienen que suceder antes de que males como éstos lleguen a amenazar a este país. El despotismo español no tiene aquel carácter irritante y cruel que arrastra a un pueblo a la desesperación. No es la tiranía del negrero cuyo látigo siembra deseos de venganza en el corazón de los esclavos. Es más bien la preocupación del ganadero que castra el ganado cuya fuerza teme. El animal injuriado crece sin darse cuenta del daño y después de una breve doma puede pensarse que incluso ha llegado a amar el yugo. Entre nosotros los impuestos no son agobiantes: más bien hay que decir que el sistema está mal organizado y millones de personas de las clases humildes no conocen en que medida contribuyen a la hacienda pública. Todos ellos aman a su rey aunque odien al recaudador de impuestos. Apenas se ejercen hoy día los antiguos derechos señoriales, y tanto los hidalgos (que aunque eran nobles, eran generalmente pobres) como los campesinos encuentran poco que les recuerde el exorbitante poder que permanece dormido en las manos de los grandes a causa de su perezosa vida de cortesanos. La mayor parte de la nación se siente más inclinada a despreciarlos que a odiarlos, y aunque serían contados los que levantarían siquiera un dedo en defensa de sus derechos, menos aún serían los que imitarían a los revolucionarios franceses llevando la espada y el fuego a sus mansiones.
Más o menos como ahora, aunque en estos tiempos el dedo al que hace mención el autor sería el voto, que ni siquiera lo usamos. Y por supuesto desde aquellos tiempos sigue al frente de los recaudadores otro inepto Montoro.
También quiero hacer mención aquí a don Jose Luis Sanpedro, cuyo pensamiento político y científico bastaría para conformar un completo programa de gobierno progresista y revolucionario. Pero las ideas, propuestas y estudios de don Jose Luis, así como la de tantos otros pensadores, grandes o pequeños, conocidos o desconocidos como yo mismo, solo se merecen en este país un patético pasar la mano por el hombro, y sanseacabó.
Aún así, sabiendo de antemano el infructuoso esfuerzo en completar este escrito y otros anteriores del mismo índole, seguiré caminando por este secarral de imaginación, intelecto e ideación (génesis y proceso en la formación de las ideas), procurando plasmar en mis escritos mi pensamiento filosófico y político como diría Will Patton en el papel de General Bethlehem de la película The postman (1997), cuando insistía en mantener su diario como única arma con la que en un futuro más aciago poder defenderse de injurias y mentiras de sus enemigos; en la película dirigida y protagonizada por Kevin Costner, y basada en la novela homónima de David Brin, la película se tituló Mensajero del futuro en España y El cartero en Latinoamérica (algunos datos de la Wikipedia).
En cualquier caso, a mí, como a tantos escritores y pensadores, lo que más me importa no es tanto divulgar mis pensamientos, sino que algunos de ellos sirvan para construir un futuro mejor, futuro que a buen seguro yo no conoceré tal y como van las cosas de lentas.
En otro orden de cosas hay que constatar que los avances en derechos y oportunidades de las últimas décadas en España se han debido exclusivamente al PSOE, y aunque este partido se haya ENCASTADO un tanto por tanto ejercicio del poder, no podemos confundirnos y proponerlo como enemigo de Revolución, y más bien al contrario habrá que contar con sus cuadros, militantes y simpatizantes para lograr nuevas conquistas. Para esta y cualquier otra Revolución, el único enemigo está detrás de las siglas del PP (neoliberalismo) y cobijado bajo las sotanas y los palios (religión).
A quien lea esto le quiero recordar que gracias a la devoción y a la propaganda de ambos actores (PP e Iglesia), este país avanza a trompicones y a la deriva sin rumbo. Parece mentira que en este recien estrenado siglo la derecha más rancia este gobernando país alguno, y que hayan todavía millones de fieles que esperan un Mesías. Tanto la derecha a la que lo único que le importa son sus privilegios económicos, un pueblo sumiso e ignorante y trabajadores explotados, como a la religión que solo cuenta patrañas fabricadas durante siglos de oscurantismo, donde los Papas tenían concubinas (putas hablando en plata) y efebos con los que practicar todo tipo de perversiones, por no abundar en que disponían de ejércitos y organizaban guerras, complots y asesinatos.
La Revolución también deberá de confrontarse con la monarquía, heredera de la más aborrecible CASTA más conocida como nobleza y que sumió a España hasta el siglo xx (20) en un atraso secular que solamente forzó su cambio con la contestación y oposición de las clases obreras.
Este siglo que transcurre no deberá de acabar sin haber conseguido confinar a la religión en sus templos (la mayoría de todos como la Mezquita de Córdoba), a la derecha a sus mansiones procedentes de la expoliación del estado y la explotación del pueblo, y a la nobleza al exilio innegociable del que volvió gracias a la mantanza de más de un millón de españoles a manos del ejército fascista de Franco, Mola, Jose Antonio y otros criminales de su misma calaña.

El primer trabajo de la Revolución.

Y puede que el más importante para preservar la pureza revolucionaria, es tratar de impedir el acceso a infiltrados y personajes indeseables, cuyo afán es o bien dinamitar la Revolución o bien parasitarla. Este trabajo debe ser iniciado desde los primeros momentos ya que de no hacerlo, el nuevo partido adalid de la Revolución quedaría infectado en su centro neurálgico, provocando disensiones y enfrentamientos que avocarían irremediablemente a la escisión y la disgregación de fuerzas.
¿Quienes son estos infiltrados y personajes indeseables?, básicamente se trataría de:
a) Enemigos de la Revolución y de sus objetivos, gentes a sueldo o con intereses en la oligarquía y en los partidos de la CASTA, personajes que tratan de infiltrarse a fin de provocar todo tipo de discusiones y disensiones.
b) Trepas cuyo único afán es ascender en la gerarquía del partido a fin de consolidar una posición de poder, y con el objetivo de vampirizar a la nueva organización revolucionaria.
c) Arribistas o pelotas que suelen aparecer como setas cuando surge un movimiento ascendente, estos van a arrimarse a la sombra del gran árbol para vivir de los frutos que de él se desprendan, sin aportar valores añadidos, bueno estos si aportan algo pero se trata de desvalores, ya que crean en quienes se dejan adular un halo de magnificiencia que además de falso es enfermizo.
La DEMOCRACIA INTERNA en los primeros momentos de la Revolución no puede ser considerada una prioridad, ya que como he tratado de explicar dejar la puerta abierta de par en par puede significar certificar la defunción prematura de LA REVOLUCIÓN PERMANENTE.

El segundo trabajo de la Revolución.

El CAPITAL, los dineros o el neoconservadurismo que para el caso es lo mismo, y lleva entre nosotros toda la existencia humana. Desde los primeros cavernícolas el hombre ha tratado siempre de acumular riquezas y posesiones; hemos pasado de matar por una piel de oso o por una hembra más, a matar por una mina de diamantes o por una mujer más joven y más bella.
Lo de matar por una mujer siempre ha sido y será mientras muchos hombres las consideren un objeto del deseo, al fin y al cabo para los cavernícolas de hoy en día es solo otra pertenencia más. En cuanto al dinero y el poder que conlleva, siempre ha sido objeto de adoración, hemos matado y seguiremos matando por su posesión.
Todas las Revoluciones se iniciaron por su causa, por su mala distribución y la consiguiente acumulación del mismo por unos pocos. También por el mal uso que se le daba, normalmente para satisfacer los delirios de grandeza de los más pudientes y poderosos, para la financiación de guerras, la construcción de palacios e iglesias, y por supuesto para mantener unas estructuras represivas y conservadoras que protegieran a los de la CASTA, tal y como ahora mismo.
Pero también todas las Revoluciones acabaron fracasando por su misma causa, los nuevos mandamases, después de liquidar a sus enemigos, contrarios, opositores y antiguos compañeros de viaje que amenazaban sus ambiciones, volvieron a dejarse deslumbrar por la riqueza, los palacios y el poder en sí mismo.

En cuanto a lo que propugnan muchos revolucionarios sobre la deuda pública y privada para delimitar qué partes de éstas pueden ser consideradas ilegítimas para tomar medidas contra los responsables y declarar su impago. Estoy con el canónigo mayormente, no soy mucho de quitar lo prometido siempre que esto no se haya conseguido ilegalmente claro.
Este punto plantea un problema que puede ser crítico. Pienso que pretender no devolver la deúda, por la causa que fuere, dejaría a España en una situación de financiación muy delicada porque:
1º.- Nadie va a querer prestarnos dinero para atender a los pagos de nuestras importaciones.
2º.- El Club Bilderberg sería beligerante con nuestro pais y solicitaría a sus miembros industriales y financieros el abandono de España.
3º.- Cualquier otro descalabro que imaginarse uno pueda.
Y aún así se podría hacer la guerra al neoconservadurismo que manda hoy en día en el mundo, solo que tendríamos que hilar muy fino y pasar por un calvario de diez o veinte años para remontar la crisis financiera que se nos echaría encima. Deberíamos volver a las cartillas de racionamiento, a la colectivización del campo y las fábricas, al control de las fronteras y a la represión de los enemigos de la Revolución.
O también podemos usar la inteligencia y no malgastar balas en una guerra que nunca podríamos ganar, consiguiendo:
1º.- Alcanzar el 0'0 % de fraude fiscal implantando el MODE del que ya he escrito infinidad de veces, y que se trata del Monedero Electrónico para todas las transacciones de dinero, prohibiendo el uso de dinero en metálico, aunque no su tenencia declarada (toma nota Montoro).
2º.- Tener un control absoluto del gasto público, haciendo uso del mismo bajo unas directrices de eficacia y ahorro; controlando la legalidad y utilidad de todo el procedimiento regulado del gasto, sin que nadie pueda saltarse dichos controles; siendo la Hacienda Pública la que de la orden final de cada uno de los pagos del gasto público (a la hoguera simbólica con los desgraciados de los tribunales de cuentas del país).
3º.- Imponer la prohibición por ley del endeudamiento de las administraciones públicas, que en cualquier caso sería denegado por quien tenga la última palabra.
4º.- Rebajar la deúda mediante negociaciones con los deudores. Aquí habría que usar ideas innovadoras entre las que no se excluirían las del tipo de ingeniería financiera, interviniendo en los mercados con las mismas armas que intervienen los operadores bursátiles (que es que parecemos gilipollas o es que nos gobiernan una manada de robaperas, también desde la Europa de los Mangantes).
5º.- Invertir en ciencia y conocimiento; y ya que disponemos todavía de una enorme cantidad de universidades públicas y centros de conocimiento, montar una auténtica empresa estatal del conocimiento y de la investigación, que provea de I+D a nuestras empresas e industrias, exportando estos recursos como producto con valor añadido (decididamente o somos gilipollas o tontos de andar a cuatro patas).
6º.- Alcanzar y nunca más abandonar el pleno empleo, aunque haya que dedicar los primeros esfuerzos económicos a dar contratos de trabajo público a millones de españoles, que limpiarían nuestros bosques de malezas para que no ardan cada verano, a conservar y adecentar nuestras playas para atraer más turismo de sol, lo mismo en el medio rural, ayudando a nuestros productores agícolas y ganaderos, y un largo etc. (que todos pregonan y ninguno pone en marcha).
Y desde luego que se podrían hacer más cosas, pero yo, por hoy dejo hasta aquí el Segundo Trabajo de la Revolución.

El tercer Trabajo de la Revolución.

El trabajo, la industria y otros procesos productivos, son el motor de las economías, tanto privadas como públicas y como tales motores no podemos permitir que sean utilizadas para doblegar a los pueblos y a las naciones, y mucho menos a la Revolución.
En 1928, Iósif Vissariónovich Stalin reemplazó la Nueva Política Económica de la década de 1920 por una economía planificada muy centralizada y por planes quinquenales que iniciaron un período de rápida industrialización y de colectivización económica en el campo. Como resultado, la URSS pasó de ser una sociedad mayoritariamente agraria a una gran potencia industrial, siendo esta la base de su aparición como la segunda mayor economía del mundo después de la Segunda Guerra Mundial (datos de la Wikipedia).
Es cierto que Stalin y sus planes resultaron a la larga un fiasco, pero esto se debió a que los dirigentes y el aparato político que dominó la Unión Soviética, fueron seducidos por el poder y olvidaron que ellos eran meros empleados de la Revolución, pasando a ser sus amos y benefiaciarios de los logros revolucionarios, auto obsequiándose con todo tipo de privilegios y prevendas.
Y sobre los franceses nada bueno que decir, estos se apresuraron a crear una industria idónea únicamente para las labores del matar; primero con la guillotina para separar con rapidez las testas de los criminales de la innoble nobleza; y después los mosquetes, pistolas y los cañones para doblegar al resto de Europa, y si se ponía a tiro el mundo entero, o al menos eso es lo que pretendió Napoleón al apoderarse de la propia Revolución.
Una vez repasada la breve historia revolucionaria, hay que decir que el trabajo y sus herramientas, en un sentido amplio del término, debe de ser considerado como uno de los TRABAJOS DE LA REVOLUCIÓN más importante, y al que prestar una especial atención.
Para la Revolución este es un tema, como ya he apuntado o he creído apuntar, de vital importancia, ya que sin puestos de trabajo, sin industria y con un medio agrario esquilmado y aplastado por los caballos de Atila (léase los mercados y los intereses bastardos de la oligarquía económica), cualquier Revolución no sobrevivirá a las embestida del capital y de sus empleados.
También es cierto que si la Revolución empieza a confiscar o a nacionalizar industrias y terrenos, se le echarán encima todos los perros del neoconservadurismo, y estos no pararán hasta hacer presa y sentir como se derrama la sangre caliente de su víctima en sus atroces fauces.
Pero si que hay formas de concluir este TRABAJO DE LA REVOLUCIÓN, y estos son los puntos sobre los que incidir para llevarlo a cabo, pero aviso, de momento esto son solo unos primeros apuntes que más tarde se desarrollarán:
1º.- Ordenar las prioridades: la alimentación, la salud, la vivienda y la educación. Estos cuatro campos de produción deben de ser nacionalizados ipso facto, en una parte importante como para garantizar las necesidades básicas de la población, y aunque con toda seguridad deberán tratarse por etapas, estas nunca deben de paralizarse, como se suele decir: paso a paso pero sin pausa.
2º.- Paralizar y denunciar las concesiones administrativas en las que se hayan producido irregularidades conforme a las leyes vigentes en el momento de las concesiones. Conformar una nueva legislación en la que primen los principios del interés general y del bien social.
3º.- Crear una banca nacional, pero sin nacionalizar las existentes que costaría una pasta gansa, basada en las cuentas obligatorias y de libre disposición en la nueva banca de todos los empleados de la administración, de todos los perceptores de pensiones y de cualquier tipo de ayudas. Cuestión que resuelve de forma automática el MODE (monedero electrónico), cuyo efectivo daría una posición dominante de forma inmediata a la nueva banca nacional.
4º.- En vista que la ciencia avanza que es una barbaridad, olvidarse de nacionalizar industrías a menos que las oferten a un precio más que razonable. Y por el contrario implementar duras leyes que obliguen a las industrias a reciclarse, así como a fiscalizarlas de forma más expeditiva, ilegalizando cuantas actividades vayan en contra del bien común y la sostenibilidad. Y basándonos en los avances científicos, que se potenciarían vía la utilización de la masa gris de la red de universidades públicas, se debería invertir en la creación de nuevas industrias que compitan con las actuales o abran nuevos cauces de negocio. Estas industrias se podrían privatizar en un futuro pero con estrictas normas de utilidad pública y de sostenibilidad medioambiental.
5º.- Otra serie de medidas que ya se irán explicando, pero que deberán seguir la vía de la no confrontación directa con los intereses del capital, y buscar mejor la conciliación de intereses de cada parte para bien del interés general.

El cuarto Trabajo de la Revolución.

La protección a ultranza de los más débiles, ya que una Revolución que no cumpla este requisito se puede dar por espuria (bastarda, que degenera de su origen o naturaleza, falsa, engañosa).
En cualquier caso y teniendo en cuenta que un programa no se puede ni debe dejarse de cumplir como hacen otros que tú y yo sabemos, siempre se podrán ampliar hasta que alcance a todas y cada una de las personas que precisen de la protección de la sociedad para tener y disfrutar de una vida digna a la que todos somos merecedores.
Pero proteger y ayudar a los más débiles no es en sí mismo el objetivo primordial de este trabajo de la Revolución, sino el de dotarles de los mecanismos y de las armas para que se autoprotejan y hagan valer sus derechos; para este fin hay que movilizarlos para la causa revolucionaria, que vayan a votar y ejerzan su derecho democrático apoyando a quienes le apoyan y le defienden, a la Revolución.

El quinto Trabajo de la Revolución.

La protección a ultranza de los militantes de la Revolución, puesto que son la base de la misma, y ya que en los primeros momentos de la Revolución, son acosados y acusados por las administraciones y por los empleados de la CASTA, hay que advertir a los acosadores y atacantes, y asegurar a los compañeros y compañeras que la Revolución toma cartas en el asunto desde el primer momento y perseguirá, acosará y denunciará a los que atenten contra sus derechos, ya sean estos de reunión, organización, manifestación y cualquier otro acto que no atente contra los derechos humanos de la CASTA y sus acólitos y/o de sus empleados.
Y esto conviene apuntarlo en los primeros momentos ya que nuestros compañeros de causa están siendo encarcelados en estos días por ejercer sus derechos a la huelga y a la contestación, derechos constitucionales en esta España de 2014, que son ninguneados por algunos y algunas jueces, que actúan más como empleados de la CASTA que como representantes últimos de la Justicia Verdadera y Universal. Aunque para mí la justicia siempre será más artificio que verdad.

El sexto Trabajo de la Revolución.

Trabajar el presente peparando el futuro de la Revolución, ya que si no cuídamos y formamos a nuestros jóvenes en el ideario revolucionario, el futuro no será propicio para la Revolución.
Hay quien puede pensar que este trabajo está de más, que es como lanzar al viento gritos de guerra, que no tenemos el derecho de inculcar los ideales revolucionarios en nuestros hijos; bueno, seguramente estos críticos pertenecen a la CASTA, a la Iglesia, a la Falange o a todos ellos.
Y al hilo de lo dicho, la Organización Juvenil Española más conocida como OJE y a la que yo mismo pertenecí en ni infancia se aprecia, aparte de la evolución lógica de la organización que ya permite el acceso de las mujeres, se aprecia, digo, la indumentaria claramente militar, además de, claro está, que se les instruye en CAMPAMENTOS, eso sí de verano, preciosa fórmula cuartelaria y por ende militar, con claras consignas de clase.
También es preciso recordar que la OJE depende, o al menos dependía en los tiempos de Antonio de Falange Española de las JONS, que aunque ahora se ha civilizado un poco, mantiene intactas sus señas de identidad de clase y anti revolucionaria.
Para rematar solo apuntar que nuestra Santa Iglesía Católica no pierde un segundo en catequizar y adoctrinar a cuanto menor se acerca a ella; su derecho tienen de hacerlo, aunque hoy por hoy lo hagan a costa de los Presupuestos Generales del Estado, osea los juldós (dineros) de todos.

Así puestos y una vez informados de que los de la CASTA llevan toda su vida preparando y adoctrinando a los jóvenes en sus ideales, hay que ponerse manos a la obra, y mejor ayer que mañana empezar a montar nuestros propios campamentos juveniles. Eso sí, campamentos monitorizados por personas idealistas de carácter revolucionario y de formación humanista y progresista.
En estos campamentos, a parte de enseñar a nuestros hijos Filosofía e ideales democráticos, cosa que el gobierno pepero está decidido a eliminar para siempre de los libros de texto, podemos aprovechar para alimentar a todos esos menores que hoy conforman un ejército de hambrientos de alimentos sólidos y reales.
El futuro, recordadlo como marcado a fuego, se escribe en el presente.

El séptimo Trabajo de la Revolución.

La Revolución tiene que llegar con toda su fuerza al capítulo de las inversiones públicas. Hasta ahora una ingente cantidad de recursos económicos públicos se regalan a las grandes empresas y a otras no tan grandes, vía deducciones fiscales, contratos y concesiones públicas onerosas (gravosas) para las arcas públicas, dádivas sin retorno y un largo etcétera. Esto que solo beneficia al empresario debe de acabarse para siempre, la empresa que quiera obtener rendimientos deberá hacerlo por su cuenta y riesgo, ya que cuando obtienen píngues beneficios no lo reparten con la administración, y si pueden lo evaden.
En el nuevo tiempo revolucionario, las inversiones públicas deben de estar dirigidas mayormente a crear empresas públicas con una alta contratación de mano de obra; sin duda hay muchos campos donde emplear el dinero de todos, como podría ser la limpieza y conservación de nuestro medio ambiente, tanto terrestre como marino, pero no es este el lugar de especificarlos, al menos no en esta primera fase de exposición de este TRABAJO DE LA REVOLUCIÓN.
Aún así hay que decir que con teinta mil millones de euros anuales se puede mantener una plantilla equipada de un millón de trabajadores, a los que además no habría que subvencionar con ayudas al desempleo, siendo una potente máquina de producir riqueza y nuevos puestos de trabajo.
Pero lo más importante es diseñar una estrategia de futuro con esas inversiones, por lo que hay que invertir en actuaciones que perduren y que a su vez generen estabilidad y nuevas oportunidades de negocio. En ese orden de cosas invertir en mantener limpios nuentros montes de maleza evita incendios y daños en las propiedades que luego nadie quiere asumir y ocasionan pérdidas millonarias, y por supuesto, impiden o dificultan el retorno y la fijación de turistas y población estable e inversora.

El octavo Trabajo de la Revolución.

Es convertir en reales las reales palabras (valga la redundancia) del hasta el miércoles 18 de junio de 2014 Rey don Juan Carlos I, cuando en Navidad dijo que todos somos iguales ante la ley.
Pero no solo esto hay que tener en cuenta y hacer realidad, sino que la Revolución debe de ir un poco más allá, debe promover la igualdad en el acceso y recursos a la Justicia, esta sí y ahora con mayúscula.
Sin igualdad no hay justicia que valga, cuando un ciudadano con un sueldo mínimo se tiene que enfrentar a una multinacional, a un poderoso o a una administración, éstos suelen estar apoyados por un gran plantel de abogados y recursos económicos, y aprovechan todos los mecanismos habidos y por haber para dilatar los tiempos procesales, que son vitales para el más débil, y recurrir todo lo recurrible.
La Revolución deberá de poner en marcha una nueva Justicia Igualitaria y Universal, y expulsar de la carrera judicial a quienes han ejercido y ejerzan hábitos de justicia alejados de estos ideales.

El noveno Trabajo de la Revolución.

Es conseguir la colaboración de la sociedad mediante mecanismos de participación ciudadana en todos los ámbitos.
El modelo actual basado en la contratación de supuestos expertos, en realidad enchufados a dedo para pagar favores y enrriquecer amiguetes del alma; así como las auditorías externas filón para detraer millonarias cantidades a las arcas públicas, o las poco claras colaboraciones de la empresa privada con la administración a la hora de diseñar estrategias de gasto público; son todas un vasto campo abonado para la corrupción y el desfalco organizado de los dineros públicos.
La Revolución debe buscar e impulsar un nuevo modelo en que la primera opción de gasto público pase por las recomendaciones hechas por y desde las ágoras ciudadanas y sectoriales, mediante procedimientos basados en la democracia y la participación de los afectados y beneficiarios de estas inversiones y gastos.

El décimo Trabajo de la Revolución.

Es hacer del Deporte una Cuestión de Estado. En cualquier caso he de decir que aunque el deporte parezca que está consolidado en nuestras sociedades modernas, la cosa anda bastante lejos de ser una realidad.
El deporte dió un gran salto cuando los griegos, según indican los registros y la Wikipedia, comenzaron con sus olimpiadas en el 776 a. C., claro en Olimpia (Grecia), y se celebraron hasta el 393 d. C. Los Juegos se disputaban normalmente cada cuatro años o una Olimpiada, que era una unidad de tiempo. Durante la celebración de los Juegos se promulgaba una tregua o paz olímpica, para permitir a los atletas viajar en condiciones de seguridad desde sus países hasta Olimpia.
Visto ésto habría que decir que gracias al deporte miles de griegos alargaron un tiempo sus vidas al no tener que combatir y matarse entre ellos para complacer las ambiciones de sus reyezuelos, vamos la historia de siempre. A mi me gustaría que de una vez por todas el deporte erradicase para siempre las guerras, que las selecciones nacionales reemplacen a los ejércitos, y que las únicas confrontaciones sean entre deportistas y bajo las normas que el francés Pierre Fredy de Coubertin (Barón de Coubertin), trató de inculcar a los mandamases de su época para unir en una extraordinaria competición a los deportistas de todo el mundo, bajo el signo de la unión y la hermandad, sin ánimo de lucro y sólo por el deseo de conseguir la gloria, competir por competir, como dice la frase de Ethelbert Talbot "Lo importante no es vencer, sino participar", frase mal atribuida a Pierre de Coubertin (algunos datos también de la Wikipedia).
Con el mismo propósito de la idea genial de los griegos de parar las guerras y las del Barón de Coubertin de unir a los pueblos, la Revolución debería de afrontar este trabajo inconcluso de la humanidad, que la Declaración Universal de Derechos Humanos no reconoce implícitamente y que sin duda debería estar claramente expuesto y como alternativa a las masacres guerreras que han asolado este mundo desde el inicio de las civilizaciones y a día de hoy sigue masacrando, mayormente, a los pobres de la Tierra.
Además de un derecho y una buena idea con miles de años de existencia y palpables resultados, el deporte es una escuela en los primeros años de vida de los infantes para el desarrollo de un cuerpo bien formado, una sana personalidad, un aprendizaje de la solidaridad, la hermandad y la colaboración, amén de un sin fin de beneficios físicos y morales, aparte de los apuntados, que incluso nuestros hermanos primates practican en su fase infantil.
Hoy en día la sociedad ha favorecido el mercantilismo, el espectáculo y la adoración de las estrellas del mismo, convirtiendo esta sana actividad en un mero saca cuartos, promoviendo las apuestas y la mercadotecnia de las grandes empresas a través de su patrocinio interesado, nada más lejos de las ideas del Barón de Coubertin de unión, hermandad y sin ánimo de lucro, y de los griegos como receso de las guerras.
Así que aquí hay faena, y no solamente mía, sino de la humanidad entera.

El undécimo Trabajo de la Revolución.

Es conseguir para nuestra nación y para los pueblos de la Tierra una democracia verdadera.
Hago aquí punto y aparte porque este trabajo de la Revolución no es manco, que diría uno de nuestros paisanos de los campos de la Castilla Ancha y la Extremadura Olvidada; hablo de nuestra nación y de los pueblos de la Tierra porque la Revolución o es global o no es, y o se gana su calificativo de verdadera o es incierta.
La internacionalización de la Revolución es un objetivo irrenunciable como seguro que dijo Trosky y lo que le costó la vida a manos de un sicario catalán en nuestro lindo y amado México, y esto es así porque el Neoconservadurismo, enemigo natural de la Revolución, es también global. La Revolución desde el primer día debe ser guiada por pilotos internacionalistas, debe coaligarse con otros movimientos revolucionarios de todo el orbe, eso si sin renunciar a que sus aliados busquen, fomenten y defiendan la democracia verdadera.
La democracia debe ser verdadera, y para conseguir este noble objetivo inconcluso en la nuestra que más mal que bien es vigilada, debe evitar a toda costa prohibir, pasando a regular nuestros actos y actividades; y siempre, claro está, que no se trate de actos y actividades que atenten contra los derechos humanos y las aspiraciones positivas de las mayorías e incluso o sobre todo de las minorías.
Las prohibiciones por lo general solo consiguen aumentar el número de delitos y de delincuentes, por lo que han de ser las mínimas posibles. Por ejemplo un Gobierno Revolucionario jamás debe prohibir posiciones neoconservadoras, aunque estará legitimado para regular sus actividades en la búsqueda y la aseguranza del bien común.

El duodécimo Trabajo de la Revolución.

Es pasar a la acción, sea revolucionaria o simplemente humanitaria que lo mismo da que da lo mismo, denunciando públicamente toda agresión a la ley, a los derechos humanos, a los derechos conseguidos y por tanto adquiridos, los derechos de los animales y de la naturaleza, etc, etc.
No estoy hablando de denuncias formales ya que los transgresores suelen estar bien parapetados con amplísimos recursos jurídicos y patrimoniales, con lo que hacen inútiles en muchos casos cualquier acción ante los tribunales. Me refiero a la denuncia pública y notoria, al activismo revolucionario y a la contestación democrática y legal.
Ayer, día 24 de julio de 2014, oía en las noticias de la dos y compruebo en la web de Unicef, que sobre pobreza y desigualdad: un 27,5% de los niños españoles vive en riesgo de pobreza; y sobre fracaso y abandono escolar: en ambos casos, afecta por encima del 23% de nuestra infancia. Bien esto es un casus belli flagrante, ya que si una cuarta parte de nuestros niños están siendo descartados por esta sociedad enferma, no tendremos más futuro que el estamos provocando.
Es el momento de la movilización de las masas, de la superación de las divergencias entre quienes piensan que otro mundo mejor y más justo es posible. Ahora que al gobierno del PP se le llena la boca con las rebajas de impuestos, sobre todo a los más ricos no os lo perdáis, y el aumento de los contratos laborales, mayormente en precario y con sueldos de miseria, mientras miles, cientos de miles, o más bien millones de españoles ven como pasa el tren de la prosperidad sin detenerse para que puedan subirse a él, ahora es el momento de decirles a la cara que nuestro voto jamás recalará en las siglas que tanto daño han hecho a tantos.

El decimotercer Trabajo de la Revolución.

Es salvar el mundo natural y defender a ultranza el derecho a existir. Somos parte indisociable del Cuerpo Natural que conforma la vida tal y como la conocemos; pero hace unos ocho mil años (8.000) los humanos empezamos a manipular los recursos naturales en la que conocemos como la Edad del Cobre, y con nuevos recursos nuevos proyectos para doblegar el mundo natural, para iniciar los procesos de extinción de especies animales, así como la roturación conforme a los deseos humanos del medio rupestre.
La codicia y la irresponsabilidad de nuestra especie nos ha llevado en las últimas centurias a poner en serio peligro la vida en la Tierra. No hay duda de que se trata de un problema que a través de los siglos hemos convertido en patente y probablemente ya sin solución. Al albur de estas reflexiones estos días he visto en la tv (no recuerdo el canal) un reportaje sobre el vertido de material bélico en nuestros mares y oceános, sobre todo por norteamericanos y soviéticos; material que después de setenta años (fin de la 2ª guerra mundial) de haber sido arrojados a las aguas por descerebrados gobernantes, empiezan a fluir entre las corrientes marinas, y que en pocas décadas podrían acabar con toda vida sobre el Planeta Azul.
Y si de alguna forma aún estamos a tiempo de cambiar nuestro predecible destino, solo puede venir de la mano de un activismo radical y beligerante contra las políticas agresivas y destructivas de quienes son los amos del capital, y al parecer de nuestros destinos.
Vistas así las cosas, a la Revolución solo le queda posicionarse clara y determinadamente por la conservación, que no es conservadurismo sino realidad.
La conservación debe ser un giro planetario, pero mientras que las naciones discuten quien debe de dar el primer paso, la Revolución debe hacerlo por ellas sin esperar a que otros la imiten, aunque si buscando alianzas para que la vida siga adelante.
En España, a parte de buscar imitadores, la Revolución debería decretar Santuario Natural la mayor parte de nuestro territorio nacional y de las aguas que nos rodean, aunque para esto habrá que usar algo más que buenos deseos y leyes protectoras, ya que se precisará de toda la inteligencia y de todas las masas grises de nuestros científicos para parar la devastación medioambiental que está en marcha, revirtiendo sus consecuencias.
Según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar todo los países tienen derecho a un zona económica exclusiva, que no puede extenderse más allá de 200 millas marinas (unos 370 km.). Sobre esta base se crearía la mayor reserva marina del Mundo.
Este proyecto revolucionario no está en contra de una explotación sostenible e inteligente de los recursos marinos, pero teniendo en cuenta nuestra proyección turística, los avances en piscifactorías y la imperiosa necesidad de la conservación, estaríamos hablando de un tren que no nos podemos permitir el lujo de dejarlo pasar.
En cuanto al Santuario Marino la propuesta revolucionaria pasa por dar un cambio radical a la forma de relacionarnos con nuestros mares y los de los vecinos. Yo me crié siendo educado en la falsa crencia de que los mares y océanos eran una inagotable despensa; pero la realidad es bien distinta como sabemos desde hace muchos años. El ser humano ha arrasado con la vida marina en una forma y en una escalada sin precedentes desde la extinción de los dinosaurios, para la flora y fauna marina somos como un armagedón, somos su apocalipsis. Y para nada estoy exagerando y me atengo a los datos y hechos probados.
Últimamente se está avisando por numerosos científicos y grupos ecologistas que los millones de toneladas de desechos nucleares y militares que han sido arrojados por las grandes potencias (léase USA y URRS, ahora Rusia) al fondo marino, están en avanzado estado de corrosión y llevan años desprendiendo sus letales contenidos al medio terrícola de más rápida propagación. Los mares y océanos, además de ser parte indisociable de nuestro mundo, es la primogenia cuna de la vida, así como la mayor productora de oxígeno y alimentos del globo terrestre. Sin ellos no puede existir la vida en este planeta, pero parece ser que al capital y a los gobernantes no les importa un huevo, y esto me cabrea mucho.
Así que cuando España sea gobernada por un gobierno revolucionario deberá poner muchos esfuerzos y muchos científicos en la tarea de preservar el santuario de la podredumbre que nos acecha y que ya es un hecho constatable en muchos puntos de las extensas aguas marinas. La ciencia deberá planificar y poner en marcha todos los recursos, procedimientos e invenciones actuales y venideras para frenar el ataque mortal que vamos a sufrir en las próximas décadas.
Es sabido que en el mar los desechos contaminantes se propagan con gran facilidad, de hecho la radiación escapada en el desatre Fukusima ya está presente en la costa este de Estados Unidos. Así que los científicos deberan descubrir bacterias que destruyan estos enemigos visibles o no, y procedimientos que impidan su avance por nuestras costas y mares. Yo no sé bien cómo, pero si sé que la única forma de parar esta hecatombe que se nos viene encima es juntar todas las masas grises disponibles para enfrentar sus predecibles y cercanos efectos.
Deberemos crear gigantescas barreras coralinas, que a la vez que sirvan como habitat de las especies marinas, ejerzan de barrera natural contra la diseminación de las letales sustancias que se están expandiendo como criminal gangrena por todos los océanos. Luego se podrá infectar estos arrecifes con asesinos biológicos de tales venenos, en una magnitud que contribuya no solo a mantener impolutas las aguas del santuario, sino que puedan colonizar otros mares limpiándolos de la maligna obra del hombre.
Sobre estas barreras de corales artificiales, se me ha ocurrido cómo hacerlos en la mar abierta gracias a un documental de la tele que trataba de la energía eólica en el mar, para ello clavaban unas enormes pilastras de acero en el fondo marino sobre las que emergían las típicas torres con aspas de gigantescos molinos. Bien a partir de estos pilones se puede construir una estructura sumergida a diferentes profundidades, que en forma de aspas conformen unas gigantescas redes paneladas, las cuales girarían al vaivén de las corrientes marinas. El movimiento produciría energía eléctrica y los paneles albergarían corales protegiendo y dando un nuevo habitat a las especies marinas.
Hemos llegado a un momento de nuestra civilización en el que no podemos esperar la protección divina, que por cierto nunca va a llegar, y apremiar a los científicos a investigar y descubrir las armas que serán precisas para combatir en este armagedón que ya empezó ayer.
En cuanto a qué hacer con nuestra flota pesquera, solo existe una solución, y ésta es la de la reconversión, dedicándola a poblar nuestros mares de miles de factorías de vida, actuando de obreros, vigilantes y protectores de nuestros mares, potenciando los trabajos de preservación del habitat marino del nuevo santuario, con actividades de construcción de los diques biológicos o arrecifes de agua fría o caliente, y de profundidad o de superficie según las zonas. Gran parte de esta flota y su seguramente necesaria ampliación de la misma, podría dedicarse a la creación de piscifactorias marinas sostenibles con el resto de la fauna y flora, así como a la explotación de los recursos turísticos, sostenibles de nuevo con el medio ambiente.
En fin esto son solo ideas puntuales sobre las que empezar a trabajar una vez la Revolución tenga el poder en esta Piel de Toro.

En este proyecto revolucionario también entraría la conservación a ultranza de la naturaleza en el marco terrestre, propiciando un buen entendimiento entre las explotaciones agrícolas y ganaderas con el medioambiente y la protección de nuestra fauna y de nuestra flora, y territorio para ello tenemos de sobra, así que pongámonos mano a la obra.
Como ya he apuntado en el séptimo trabajo hay que mantener limpios de maleza y basuras nuestros campos y montes. Pero no hay que quedarse ahí, la Revolución debe propiciar un nuevo modelo agrario y natural que deberá atender los siguientes puntos y algunos más que sean útiles y beneficiosos para este nuevo modelo:
1º.- Concentrar las explotaciones ganaderas cerradas en zonas con los servicios adecuados para tales explotaciones, como sistemas de depuración de aguas y de aprovechamiento de desechos y purines.
2º.- Dispersar las explotaciones ganaderas abiertas para que los ganados contribuyan con el pastoreo a reducir las áreas incendiables por exceso de maleza.
3º.- Dispersar las explotaciones agrarias de proximidad y minifundistas, favoreciéndolas con intervenciones tanto a nivel económico con precios justos para sus producciones, como a nivel de mano de obra con cuadrillas públicas de mejoramiento de las explotaciones.
4º.- Concentrar las explotaciones agrarias industrializadas en zonas con los servicios adecuados para tales explotaciones, como sistemas de depuración de aguas y de aprovechamiento de desechos. En todos estos cuatro casos las actuaciones se acompañarían de estructuras de almacenamiento, distribución e investigación, estas últimas concentradas por regiones.
5º.- Habilitar conexiones naturales para la dispersación de las especies naturales por toda la península. Sobre las islas habría que ver caso por caso.
6º.- Creación de grandes parques naturales, potenciando las especies naturales propias, y protegiendo la faúna salvaje.

Y parafraseando al actor que protagonizaba el papel de Presidente de los Estados Unidos en la película Independece Day, en su arenga en el ataque final a la flota extraterrestre, debemos declarar al unísono que: ¡No desapareceremos en silencio en la oscuridad!. ¡No nos desvaneceremos sin luchar!. ¡Vamos a vivir!. ¡Vamos a sobrevivir!. Y remato yo: ¡Vamos a luchar por nuestro derecho a existir!.

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