lunes, 11 de febrero de 2019

Teníamos un trato.



De continuo a los políticos se les olvida que su trabajo consiste en:
* Hacer realidad las esperanzas de la gente de buena fe y apartar de la sociedad a los malvados y depravados.
* Construir una sociedad con más derechos y sus consiguientes obligaciones.
* Conseguir la felicidad de sus conciudadanos mediante la colaboración, la hermandad y la solidaridad.
* Dar seguridad en el presente y tener previsión para el futuro.
* Evitar los abusos de cualquiera y promover las buenas iniciativas de todos.
Muchas de estas cuestiones, escritas así, pueden parecer raritas y sin embargo son la base de una sociedad sana y que avanza sin inmolar en su camino a ciudadanos válidos y que vela por el bienestar de todos, siendo vigilante y exigente con la colaboración social, apeando de la misma a quienes optan por comportamientos vampíricos y asociales.

Con la observancia de esas normas básicas un gobernante estaría situado en una posición de corrección política al que nadie podría achacar nada. Pero nuestros mandamases están acostumbrados a realizar su trabajo con estas otras premisas:
* Infestar la sociedad con hábitos insalubres e inmorales, promocionando el juego, la insatisfación, el culto al egoísmo, la muerte de animales indefensos, acorralados o mediante armas de fuego, invitando al endeudamiento, el sobrepeso, el ocio sin límites porque te lo mereces, la belleza irreal, la inmediatez y la violencia en el deporte, los videojuegos y un largo etc de actividades poco recomendables.
* Abolir derechos conseguidos en favor del abuso empresarial en el tema laboral, la dejación en servicios sociales básicos como la salud, la educación y otros, la persecución de quienes se dotan de avances como la energía solar, protegiendo los intereses de los oligopolios.
* Endeudar a la sociedad in eternum a fin de dotar de ingentes cantidades de efectivos a sociedades opacas que se enrriquecen ilimitadamente con los recursos económicos obtenidos bajo la garantía de toda una nación y que nunca son fiscalizados y si lo son es mediante normas tan laxas y eludibles que podrían conformar las reglas de un juego de niños.
* Hacer la vista gorda ante atropellos y estafas de todo tipo, que debiendo haber sido fiscalizadas y prohibidas fueron autorizadas, no controladas e incluso aplaudidas por los poderes, llegándose a conceder medallas y méritos que nunca merecieron. Destruyendo toda posibilidad, a millones de ciudadanos, de disponer de unos ahorros con los que se habrían asegurado unas jubilizaciones apropiadas, viéndose como consecuencia de las estafas abocados a una etapa vital y final llena de penalidades y padecimientos.
* Convertir el pais en una guarida de hienas, de saqueadores, de criminales, violadores, corruptos, pederastas, asesinos y gentuza de calaña similar, donde mandos de la policía y altos funcionarios de la administración de justicia a menudo se suman a la vorágine delictiva, dejando a los ciudadanos al amparo de unos voceros a menudo compinchados con los malvados y que llenan de inmundicias y falsedades los noticieros y la prensa escrita, infestando la moral y emponzoñando el conocimiento de la verdad tramutada en falsedad y pura mentira.

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