martes, 19 de febrero de 2019

Cuando esté frente a Dios se va a enterar.



Ya he consumido la mayor parte de mi propia historia. Mi vida se ha escrito con muchos renglones, unos más rectos que otros. Los mejores sin duda fueron aquellos de los que casi no me acuerdo. Dicen que siempre se recuerdan mucho mejor los malos ratos que los buenos.

Nunca quise ser alguien importante, salvo quizás cuando era un crío y soñaba con ser muy rico antes de los treinta. Luego nunca deseé despuntar, aunque sin querer siempre acababa mandando y organizando. Cada uno es como es aunque trate de ser como otro.

Ahora que estoy acechado por una enfermedad de las que te mata y remata, por culpa de mis malos hábitos, por el puto tabaco... inciso: si fumas que sepas que vas a morir, y además lo harás después de enrriquecer a las tabaqueras americanas sobre todo; será con mucho dolor, asfixia y mortificación. Ahora estás más que avisado.

Continúo. Mi muerte a la que espero, según mi médico, en una decena o docena de años, más o menos y siempre y que me cuíde exageradamente, no importa, lo cierto es que el día en que me muera me voy a quedar bien tranquilo. Lo que me dolerá es si dejo atrás a algún animalillo a mi cargo, mis mascotas actuales o unas futuras. Por lo demás solo quisiera verme las caras con Él.

Ya se que eso no va a ocurrir, pero si ocurriese. Si estuviese en su presencia, le diría que ¿Y tú de que vas?. Para ser un Dios no parece que te hayas esforzado un poco en hacer bien tu trabajo. Lo cierto es que Dios, como me temo y ya he comentado en otro u otros escritos puede que sea Satanás el cabroncete. Así que con toda seguridad que me dirá que se lo ha pasado de muerte, y que va a estar haciendo lo mismo "In Eternum".

Así que si mi premonición es la cierta, los que os quedéis aquí vais a ir de culo como siempre. Puede que solo sea una estupidez esto del Dios o del Demonio pero lo que no es una estupidez es lo de la Humanidad. Cuanto sufrimiento que se ha derramado como si fuera un bien deseado. El dolor y el tañir de las campanas tocando a muerto siempre han acompañado al hombre en cada nuevo siglo. Cada vez que el hombre avanza deja un reguero de sangre, incontables inocentes son arrojados a la hoguera de las vanidades, en pos de la codicia son masacradas naciones, la ley y la justicia brillan como un tizón al rojo vivo hundiéndose en las carnes de los imberbes, la fetidez de los miembros erectos de millones de violadores derraman su vomito, su vileza en forma de esperma sobre vírgenes cándidas que ya no lo serán.

Cuando me vaya, lo haré sin haber inclinado mi cabeza a la verguenza del que se siente derrotado, no habré conseguido cortar ni una de las cabezas de la Hydra de Lerna, ni la de ninguna de su millardo de hijas. Y sin embargo atravesaré las puertas del Hades y mirando a la cara al estúpido al mando le diré, que te jodan o puede que esa vez me calle. Ya veré y si a eso vuelvo y os lo cuento.

Este escrito no contiene ningún mensaje, no pretende aleccionar sobre nada, es solo un arrebato o eso creo.

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