domingo, 10 de febrero de 2019

La democracia 4ª parte.



El trabajo como derecho y como productor de riqueza ha tenido sus más y sus menos a lo largo de la Historia. Hoy en día figura como un derecho en la mayoría de las constituciones de las democracias, pero no siempre fue así, en tiempos no tan remotos los trabajos estaban reservados a los gremios que eran quienes decidían quienes podían ejercer tal o cual profesión. Otras artes estaban reservadas exclusivamente a los nobles, sobre todo las relacionadas con las armas y las altas cuestiones de Estado.

La remuneración en el trabajo también merece un apartado y aunque parezca obvio que se reciba un estipendio por tu tiempo de labor a favor de otro, esto no siempre ha sido así, la norma era que las clases bajas trabajasen gratis para sus patronos o amos y su jornal o estipendio se lo buscasen aparte de sus obligaciones con las clases altas; eso si es que no eran esclavos y carecían de cualquier derecho, ni tan siquiera el de la vida.

Hoy en día estamos asistiendo a un claro retroceso en los derechos laborales, entre otros, a pesar de que la economía jamás ha parado de crecer, y todo se debe a que los ricos y las empresas disponen de unas organizaciones que velan por sus intereses, que no derechos, mucho más eficientes, insistentes y agresivas que las organizaciones de los asalariados.

No existe en el mundo habitado un palmo de suelo en el que no se haya derramado sangre de trabajadores en lucha por la defensa de sus derechos. Y sin embargo apenas se consigue un avance laboral se inicia un inacabable y tortuoso camino para conservarlo. Y mientras los oligarcas alzan sus voces al cielo y claman por sus derechos, iniciando guerras, motines y sangrías patrias, si acaso alguien osa hacer un poco de justicia y requisar alguna de sus posesiones conseguidas mediante artimañas, explotación, estafa o simple saqueo. Los trabajadores han de salir a las calles para no ver morir a sus hijos de hambre, atender a sus ancianos o tomarse un justo descanso. Reclamar de continuo sobre el exceso de la jornada laboral, el impago de las horas extras, las bajadas de salarios o la falta de seguridad e higiene en el trabajo.

Hay quienes piensan no sin razón de que el mundo, a pesar del fútbol y la orweliana sociedad en la que nos han ido metiendo y a la que nos han ido sometiendo casi sin darnos cuenta, va camino de una fractura definitiva, en la que una parte pequeña de la sociedad, que ya dispone del noventa por ciento de los recursos económicos, se va a aislar del resto mediante el uso masivo de IA (Inteligencia Artificial), por un lado controlarán los recursos mineros e industriales que serán operados mediante complejos blindados y robotizados por completo, las vías de comunicación, puertos y aeropuertos serán transformados poco a poco en en estructuras cerradas y amuralladas, controladas y defendidas por máquinas y androídes. Y dispondrán de la última tecnología para la construcción y el mantenimiento de sus ciudades exclusivas, donde solo la élite económica y social podrá vivir y gozar del paraíso Tierra.

Bueno esa posibilidad más o menos desarrollada es posible, aunque yo espero sinceramente que debido a la inmensa población terrícola eso solo pueda ocurrir en los sueños húmedos de algún fascistas millonario. El mundo en cuanto al trabajo y las relaciones laborables va a sufrir un impacto cuasi inmediato debido a la IA y a la expansión robótica y de androídes, pero ésto que puede que traíga graves conflictos provocados por los ávaros de siempre y por los inútiles gobernantes que hemos de sufrir de tanto en tanto, puede ser la oportunidad para que gobernantes inteligentes tomen el mando de las naciones y pongan el rumbo directo hacia un mundo mejor.

Las premisas son: el control de la masa monetaria circulante por los gobiernos y la ONU, elevándola gradualmente para llenar las arcas de los Estados a fin de que éstos atiendan a sus presupuestos. El incremento de funciones públicas a fin de que el paro sea igual a cero en todo el Planeta, dedicando enormes masas de trabajadores, a partir de ese momento funcionarios, para la limpieza de la contaminación existente, y creando gigantescas universidades y centros del saber donde dar solución a los problemas de la Humanidad mediante el uso del conocimiento humano.

Puede que la Humanidad solo sobreviva como especie otras decenas de miles de años o en el mejor de los casos otro millón de años, pero si todos pusieran su granito de arena no debería de ser un calvario para las poblaciones y de seguro que todos lloraríamos sinceramente el día que nos toque partir del planeta azul porque nuestra vela se apague al fin.

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