sábado, 16 de febrero de 2019

Ayer ya es Historia.



Cada día cuenta su propia historia, datando y fechando el momento, los actos y los sucesos que se recuerdan son los que tienen la suficiente entidad para hacerlo, también quedarán marcados aquellas cuestiones relacionadas con los líderes del momento. Muchas cosas importantes según para quien, pero nada sobre tí y nada sobre mí. Para nosotros dos, tu y yo, no se gastará ni una gota de tinta y si acaso se gasta será para figurar en una lista de... morosos de la Pública Hacienda que es de todos pero que solo disfrutan otros, de la Financiera o el Banco que inventa los dineros para que se los debas, de los  caídos por la maldita crisis que cuando ya no la soportan saltan al vacio, de la guerra infame que empezó por un quítame allá esas pajas y acabó con tanta gente buena, por el fuego previsible que un demente prendió, por la mano homicida que siempre está tan a mano, por la droga que engancha y destruye a todo el que atrapa, por el alcohol al volante que te da alas, por la negligencia doliente de quien debería prestar atención o vete tú a saber por qué. Para tí y para mí siempre será por algo para nada bueno, aunque en nuestra pequeña e íntima historia de las personas que no cuentan, siempre habrá una lista de cosas buenas, cosas que cuando seamos historia nadie de los que se creen importantes recordará, pero mientras vivamos serán parte importante de los recuerdos con los que se pueden iniciar los sueños.

Tendrás un lugar en tu historia para las personas que te dieron el ser, ese lugar será preferente o eso espero. El largo deambular por los años de la niñez a la adolescencia, con tus batallas o tus pequeñas fiestas, los descubrimientos de lo extraño, del paisaje desconocido y del esperado, a veces del dolor o del placer, también serán dignos de reseñar. Pero sin duda tendremos un lugar especial para el momento en que conocistes a ella o a él. Si fue un amor de los de verdad, aunque lo fuera solo en ese momento para luego dejar de serlo, tendrás siempre contigo el sabor del primer beso, el sudor de la pasión que fue la primera y puede que el dolor del adios. En tu historia y en la mía, que no es la de la gente importante, habrán más momentos inolvidables, más efemérides y más días de fiesta, de fiesta de verdad que en toda la Historia del Mundo. Y lo serán no porque se trate del día en que se descubrió una nueva tierra a la que expoliar, o una vacuna con la que enrriquecerse, tampoco serán de fiesta esos días de tu historia y la mía porque un Rey poderoso sea coronado para gobernar un vasto territorio donde la justicia brilla por su ausencia, tampoco tocarán las campanas de júbilo los días del calendario de nuestra historia por ninguna bandera a la que entregar la vida, ni por ley alguna a la que someterse, las campanas sonarán para recordar el día del recuentro con el hijo que hubo de emigrar en busca de un futuro que aquí no tenía, sonarán para conmemorar la victoria que supuso pagar la última letra de la casa donde nació la siguiente generación, la de los que aunque no figures en la Historia de las naciones podrán recordar que un día estuvistes con ellos, que un día caminamos juntos por la vereda haciendo la historia, la de verdad.

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