Sin palabras...
sábado, 11 de noviembre de 2023
viernes, 10 de noviembre de 2023
Quien a hierro mata.
Qué se puede decir de los terribles hechos que están ocurriendo en Gaza. Está claro que la masacre protagonizada por soldados de Hamás en Israel no es aceptable, pero hay que tener en cuenta que es el producto de un reacción sin duda aborrecible pero tan legítima com la interminable lista de abusos criminales, muertes sumarias por la policía israelí, asesinatos indiscriminados de mano de los colonos, masacres protagonizadas por el ejército de ocupación, apropiaciones indebidas por las administraciones hebreas, destrucción de viviendas, infraestructuras, pozos de riego, propiedades de todo tipo por colonos, policía, ejército y administraciones ocupantes, restricción de la libertad de movimiento con controles a lo largo y ancho del territorio, apartheid e impedimentos para el progreso, el trabajo, la propiedad, la educación, la sanidad y cualquier otra actividad. La lista de agravios colectivos es tan inmensa que su descripción ocuparía varias páginas, si se documentaran los agravios, abusos y crímenes cometidos individualmente, harían falta muchos tomos para describirlos.
Al inicio hablo de “soldados” a los que muchos llaman terroristas, pero a las fuerzas armadas de Israel les ocurre exactamente lo mismo sus soldados cometen contínuos actos de terrorismo y, por supuesto, delitos de “Lesa Humanidad”.Algún día se juzgarán los crímenes cometidos por Israel, crímenes denunciados por la ONU en múltiples ocasiones. Es incongruente que, ahora, Israel se posicione contra la ONU porque sus resoluciones no le interesan, pero no pasó lo mismo cuando en 1947 la ONU resolvió la partición de Palestina
y así celebraban los israelitas la declaración de las Naciones Unidas:
Espero sin más que todo esta barbarie acabe más pronto que tarde, que los asesinos de unos y de otros paguen su iniquidad y que todos abramos los ojos y no traguemos con piedras de molino, que no nos pase como les pasó a los pueblos de Alemania, Italia y Japón años antes de la partición de Palestina, que las almas de los muertos y sobre todo los niños asesinados nos guíen en nuestro devenir por esta vida llena de desalmados criminales que solo buscan expandir su odio como si eso les fuera a beneficiar, recordad el sabio refranero español con su afirmación de que el que a hierro mata a hierro muere.
miércoles, 14 de junio de 2023
13 de junio de 2023
Martes 13 de junio, escrito el 14.
En este dia sobre las diez de la noche, mi niña Linda se ha marchado siguiendo el camino que mi otro niño Nico inició hace siete meses, se fue a un sitio al que no puedo seguirla.
Linda era una perrita Shih Tzu, dura y tierna a la vez, era dura porque aguantaba el dolor con estoicidad y sin quejarse apenas, era tierna y a más dulce porque le encantaban los arrumacos y que la acariciara siempre que podía, además era leal, tranquila y nunca se enfadaba ni ladraba.
Jamás podré olvidar su mirada de adoración, ni como apoyaba su cabeza en mi regazo y me buscaba por el sofá para su ración de caricias en medio de la oscuridad a la que le sometían las cataratas de sus lindos ojos.
Anoche, sin quejarse, con una mirada triste y rendida a la fatalidad nos dejó huérfanos en este estúpido mundo que ya no es mejor sin su presencia. Mi niña valiente corre en pos de su hermano Nico y ya me esperan los dos en un lejano cúmulo de estrellas donde van las almas de los que fueron carne.
jueves, 17 de noviembre de 2022
14 de noviembre del 2022, escrito el 16 del mismo.
A las nueve de la noche mientras me dedicaba a mis humanas ocupaciones tú mi leal amigo, mi compañero y colega, mi amado Nico, mi niño escapastes en una loca y postrera carrera a no sé dónde, a un lugar al que no podía seguirte y desde el que jamás vas a volver. Te fuistes sin decir adiós, sin una queja, sin un reproche, como un ladrón, a escondidas te llevaste parte de mi corazón, con suma cautela abriste la puerta a tu nueva libertad.
Ahora que no estás en este absurdo mundo, que vives un sin vivir en la cresta de un arcoíris o correteando por los valles de luz de tu estela amantísima, vienen a mi mente los recuerdos de nuestra amistad, unas veces peleona y otras llena de camaradería. Nos vimos por primera vez hace 16 años, una niña desconocida, un hada tal vez, te trajo en brazos buscando a sus dueños me preguntó por si yo los conocía y ante mi negativa me sugirió que me hiciera cargo de tí, eras pequeño pero un resuelto y alocado jovencito, la niña o la hada insistió porque temía que un coche acabase con tus esperanzas de vida antes de tiempo, mi novia, hoy mi mujer, dijo sí y tú entraste lleno de barro y pulgas en mi vida.
Cruzamos la Europa de los veinte y pico de punta a punta por el aire, de Alicante a Dnipro y volvimos, nos alojamos a los pies de la Sierra Nevada y volvimos, hemos habitado junto a Linda tu hermanita shih tzu varios domicilios hasta acabar en tu última morada la casita del parque.
Sé que nunca te olvidaré porque fuiste mi más sincero colega, ningún ser vivo me ha querido como tú, la lealtad y el amor filial que me has brindado todo tu tiempo no tuvo límites, aunque a veces huías como la peste de mi lado porque tu vis lobuna te llevaba a buscar la aventura.
Junto a mí enfrentaste la muerte sin ruido más de una vez como cuando en una lid amorosa un perro enorme te desgarró el cuello y a punto no te mata.
Me acompañaste no solo a otro país, fuimos a donde quiera que fuésemos siempre juntos y eso hizo que nuestra unión fuera tan sólida. Sé que no quisiste irte sin despedirte pero eso a tí también te sorprendió y allí donde quiera que estés quiero que sepas que yo también te amé.
Ahora tus cenizas están conmigo y el resto de nuestra pequeña familia en la casita del parque y mis lágrimas se derraman de nuevo cuando ya me despido de mi niño. Corre, Nico corre.
lunes, 23 de mayo de 2022
Tiremos la toalla.
Tiremos la toalla y sumemos nuestros actos a los de tanto negacionistas. Sigamos la moda del exceso y la ignorancia supina y acabemos con las últimas esperanzas de la madre Tierra. Juguemos la postrera partida del tú o yo que lo valgo más.
No miremos ni atrás ni al frente, dejemos que todo acabe como quiere la mayoría, arrasemos la penúltima playa virgen, volquemos trenes repletos de desechos de plástico a la Mar Océana, quememos el bosque primigenio que aún resiste en un sitio recóndito y expandamos como locos desquiciados el siguiente virus arrancado de los reservorios de la madre naturaleza.
Votemos por el que nos da la libertad del torpe y apedreemos al visionario que solo quiere que pervivamos sobre el planeta azul.
Ya no somos la generación más estúpida que nunca jamás pisó la faz de nuestra casa celestial, ahora somos la generación del minuto postrero, del culto al cuerpo y de las neuronas en peligro de extinción. Somos la carne de cañón de las élites extractivas que creen que podrán escapar a la debacle, a las consecuencias del día del fin del mundo.
Puede que la guerra termonuclear resulte una amenaza creíble, pero no veo quién será el estúpido orate que ose pulsar el botón rojo, porque será autor del fin de toda vida en la esfera terrestre; pero si que puedo ver con claridad, de hecho cada cual puede verlo sin esfuerzo, a millones de estúpidos orates arrojando inmundicias sobre nuestros hábitats, destruyendo con millones de gestos contaminantes nuestros ríos, mares, cielos, bosques, páramos y cualesquiera espacios que hoyemos con nuestras patas de seres sin cerebro.
Los científicos ya hace tiempo que tiraron la toalla, llevan décadas avisando que el reloj corre en contra nuestra y no veo a los mandatarios corriendo a ponerse las pilas. Hablan de unos costes desaforados para las empresas, pero olvidan que el dinero es sólo un invento de los poderosos, que disponen de máquinas y formas ingentes de crear trillones de billetes y que cada escalón de biodiversidad que pateamos y destruimos tiene más valor que todo el oro del mundo.
En fin creo que esto ya no va más, lo siento por aquellos que debían heredar la tierra.
martes, 10 de mayo de 2022
La guerra de los idiotas.
Podría llamarla de cualquier otra forma, pero la infamia, la arrogancia, la prepotencia y cada uno de los calificativos que arropan a la maldad pueden agruparse en el de la idiotez. Cuando nos estamos enfrentando a una crisis tras de otra de carácter sanitario, humanitario y de pura supervivencia de la humanidad, que tras un descalabro económico que sigue al anterior, lucha por minimizar la sangría de una pandemia, cuando miles de millones de seres humanos no acaban de salir de la pobreza sistémica y millones mueren de hambre o de miseria cada año, cuando estamos ante el abismo de la subsiguiente extinción masiva de seres vivientes, de biodiversidad y de nuestra propia existencia ante el duelo de los orates que no dejan de arrasar con nuestros bosques, selvas y ecosistemas, cuando soportando sin poder hacerlo a unas industrias y a unas élites económicas depredadoras y extractoras hasta el límite de lo imposible que contaminan, degradan y destruyen nuestro planeta como si no pasara nada y a ellos no les afectase, cuando necesitamos como agua de mayo inversiones multimillonarias y políticas generalizadas para apoyar la investigación y el progreso para todos incluida la biodiversidad; es en este momento cuando tras las presiones de unos y el poco aguante de otros se declara sin declararse la penúltima guerra de agresión entre vecinos, entre hermanos que no tendrá un final feliz.
¿Qué hemos hecho para tener que aguantar a estos imbéciles a los mandos? ¿Cuándo vamos a tener unos dirigentes sensatos, inteligentes y honrados a más de honestos?
Tenemos muchos retos que superar y ninguno incluye otra guerra de destrucción, deberíamos apartar a tanto inútil que pretende llevarnos por la senda equivocada, tenemos que tomar las riendas de nuestras vidas y plantar cara a tanto orate desquiciado. Por favor, tenemos menos tiempo del que creemos para salvar el planeta y las guerras no ayudan.
martes, 5 de abril de 2022
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