Páginas

Páginas

viernes, 18 de enero de 2019

El trabajo, siempre el trabajo.



Un problema que ha sido catalizador de grandes cambios sociales en la Humanidad es el trabajo, que en un principio lo realizaba cada hombre y mujer para proveer sus propias necesidades domésticas, fue evolucionando conforme avanzaba la sociedad, así que éste pasó a ser ejercido esclusivamente por la clase más baja de la sociedad, solo por encima de la de los animales y no de todos ellos, en muchos casos se dejaba sin comer a los esclavos antes que a los sementales o a las mascotas de los príncipes, a menudo fieras que podían incluso devorarlos para entretenimiento de sus amos.

Tras incruentos levantamientos que han perdurado en el Planeta durante milenios, y que aún persisten con cada crisis inventada por los poderosos, las clases sociales más pobres avanzan en el escalafón social, obteniendo plusvalías que de inmediato empiezan a ser disminuidas, vía aumento de los costes de las mercancías en manos de los pudientes por ejemplo, y vuelta a empezar. Este repetir las injusticias en pro de favorecer las expectativas de unos en contra de las de otros, lo tenemos asumido por la Humanidad, que no reconoce el sufrimiento de las generaciones anteriores ni parece importarle el de las venideras.

En los últimos decenios hemos asistido a un cambio en las políticas industriales de las naciones más poderosas de La Tierra, generadoras de ingentes masas de trabajadores, por la deslocalización de la industria favoreciendo a poblaciones emergentes en contra de las ya industrializadas, convirtiendo los antiguos holldings industriales en conglomerados financieros donde ya no se fabrican productos y bienes de consumo sino que se crean negocios y productos financieros; dejando a una gran masa social expuesta a la carencia de futuro que no pueden llenar el sector servicios y las empresas de diseño de productos tecnológicos, ya que la fabricación de éstos se sigue deslocalizando donde la mano de obra es más barata y tiene menos derechos.

Pero en los próximos lustros el problema se va a ampliar con la implantación masiva de robots en todos los procesos de producción, tanto en la industrial llevando al caos a las poblaciones emergentes, como en el de servicios rematando a aquellas poblaciones que ya habían superado la deslocalización de su industria. Llegados a este punto en que la producción de beneficios no precisa de la intervención humana, se abrirá la puerta a la próxima revolución o al exterminio de una gran parte de la Humanidad por las clases dominantes, losricos se desharán de los seres sobrantes.

Cuando esas penúltimas batallas entre humanos acaben proclamando un vencedor, que espero sea el que esté formado por la mayoría, habrá que conformar un nuevo orden mundial en el que sin duda habrá que hacer una gran reforma laboral, no del estilo de la que hacen estos pazguatos que ahora nos gobiernan, sino una que será de verdad.

El primer avance de esta reforma o nueva relación laboral será la desvinculación del salario con el trabajo. Nadie cobraría por la realización de su ocupación sino por su pertenencia al grupo ciudadano y por sus cualidades intelectuales, manuales o personales.
Las máquinas harían todo el trabajo de la industria, los servicios, los transportes y los financieros.
El trabajo u ocupación de las personas habría que inventarlo, aparte de las ocupaciones sobre vigilancia a las propias máquinas, investigación y desarrollo, cuestiones médicas, militares y policiales.
Las ocupaciones de sentido político ya estarían descartadas a nivel de liderazgos y personalistas, aunque habría un gran volumen de personal de adcritos a las administraciones gubernamentales.
También grandes dotaciones de personal que se irían destinando a las misiones de colonización extraterrestre. En fin un gran nuevo mundo por venir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario