viernes, 18 de enero de 2019

Domingo 19 de marzo de 2017.



Ya hace una semana desde que empecé a escribir este diario, que por cierto no todos los días escribo. Mañana empieza la primavera, eso dicen, y parece ser que dentro de dos días va a empeorar el tiempo, frío y más lluvias para Alicante y Valencia, dejando a este 2017 como uno de los años más lluviosos tiempo ha en el sureste español.

Llevo dos días con dolor en la base del cráneo y el cuello, entre un dolor muscular y una cefalea de tantas. En fin espero que no dure mucho más. Mi vida transcurre sin cambios aparentes, bastante solo aunque con mis dos perritos, Nico y Linda que son inseparables y me agradecen cada día mi compañía. Pasó el día del padre con una felicitación de mi hija por el Watsapp; no me puedo quejar ya que ejercí el cargo bastante escasamente. En otro orden de cosas voy intercambiando un día escribo el diario y otro ataco las clases de inglés que me bajo de Internet con la aplicación de Babel. No se, algo mejoraré, digo yo.

En cuanto al mundo en general y a España en particular siguen decepcionándome ambos. En todas partes sigue la gente matando al otro, unas veces por odio, otras por cuestiones de dinero, de sexo o de simple villanía. Ayer moría un delincuente asfixiado por los vecinos que lo retenían, el accidente se produjo cuando varios ciudadanos se abalanzaron contra el que esperaba al asaltador en una moto para la huída, el tipo de unos cuarenta años llevaba el casco puesto lo que le provocó una considerable presión sobre la tráquea matándole. Su compañero había sido apresado por el esposo de la dueña de la tienda que pretendía atracar con un cuchillo de grandes dimensiones, claro, la tienda llevaba ya varios atracos seguidos. Pienso que si vas a atracar con un arma mortal has de estar preparado para morir cacho cabrón.

ETA avisa de que va a dejar las armas. Me parece bien, a mí esta banda de asesinos quiso quitarme de enmedio en dos ocasiones, ya que yo estuve de policía nacional en Euskadi durante la década de los ochenta, la llamada década de plomo por los tiros, ya sabéis las balas llevan plomo, algunas. Lo cierto es que me gustaría que pronto hayan otras organizaciones que sigan el ejemplo de los pistoleros de la ETA y entreguen sus armas. Espero que el PP entregue las listas de la corrupción y de los millones robados. Espero que la Justicia entregue las listas de los encausados por los intereses de la oligarquía en fraude de ley y que de una vez por todas empiecen a cumplir y a hacer cumplir la Ley suprema, la Constitución. Espero que la Banca entregue las listas de los evasores a los que han brindado puente de plata para escapar con sus millones de la obligación de contribuir al sostenimiento del Estado; que entreguen las listas de los abusos que han cometido a lo largo de los tiempos, quedándose con dineros que no les pertenecían. Pero también me gustaría que la legión de miserables de poca monta que hay entre los Pirineos y Tarifa se retraten y nos cuenten la retahila de cabronadas que han ido haciendo a diario; cabronadas contra el medio ambiente y los animales; cabronadas contra sus propios hijos y mujeres; cabronadas contra el vecino, el amigo o contra el que le dió empleo; cabronadas contra los bienes públicos y los dineros de todos; cabronadas conduciendo como locos, insultando a los árbitros, quemando el monte, cazando con trampas o pescando con venenos y esplosivos. Si ya creo que me gustaría ver más de una lista.

Y antes de cerrar el día de hoy un recuerdo para los estibadores, se sigue atacando al colectivo de que son unos privilegiados, pero se oculta que sus contratos les obligan a estar disponibles para trabajar a cualquier hora cualquier día, que manejan máquinas gigantescas que requieren una especiaización fuera del alcance de cualquiera, y otras menudencias por las que ganan lo que se merecen, no como los asesores del gobierno que sin títulos, sin conocimientos y sin verguenza ganan la mayoría más que un ministro. Lo peor es que el gobierno dice que son exigencias de la UE y que está atado de pies y manos, discurso bien distinto al que se le oye cuando las exigencias de la UE e incluso de la ONU van sobre desaparecidos en la guerra que permanecen en fosas franquistas, cunetas u ocultos bajo edificaciones hechas a propósito con el fin de ocultamiento. Tampoco se les oye invocar las exigencias de la UE en lo relativo a la Ley Hipotecaria que ha llevado y lleva a miles de familias a abandonar sus casas en pro de la banca, que por cierto es la responsable de la crisis que ha traído estas nefastas consecuencias, pero el gobierno prefiere escudarse en la vileza de las presiones que quiere acatar obviando las que prefiere ocultar.

Lo peor de todo es la mentira, hoy mismo he visto que una compañía de telefonía ha subido sus tarifas a pesar de que había publicitado que jamás las subiría. Llevado ante la Justicia de risa que soportamos en España, los responsables se han defendido diciendo algo como que en España mentir es lo habitual, que ellos no son los únicos que lo hacen y que sus clientes deberían saber que aquí la palabra dada no tiene más valor que la falsa moneda (parte de la declaración aquí expuesta es recurso literario de éste autor).

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